Las vertientes del mismo río y el bautismo pendiente.

Para el día de hoy (01/04/11):
Evangelio según San Marcos 12, 28b-34

(En algún momento nos hemos extraviado -ovejas obstinadas en sus lanas que han dejado de querer a su Buen Pastor-. A menudo depositamos nuestras expectativas más profundas en el cumplimiento de las formalidades de normas, reglamentos y hasta en los mismos mandamientos.
Al camino de la cruz y la Pascua lo hemos reducido a la observancia de nuevos sábados, cultores rigurosos de la liturgia del domingo antes de vidas de pan compartidas a diario, devotos de moralidades antes que de la Buena Noticia que es vida y liberación.

Así quedamos a la vera del río de agua viva, muertos de sed.

Y el Maestro es un nuevo Moisés, más un Moisés totalmente distinto.
Aquel había bajado desde el monte con los mandamientos grabados en piedra; ahora es tiempo de que la Palabra se grabe y palpite en nuestros corazones, para atrevernos a dar el paso mayor, ése mismo que vá desde el ellos al nosotros.

El río de agua vida del Reino tiene dos vertientes, la del absoluto que se encamina a ese Dios que nos busca a cada paso y al hermano como consecuencia necesaria de ese amor primero.
Porque verdaderamente amamos y reconocemos a Dios con todo nuestro ser y lo reconocemos como Señor cuando amamos al prójimo buscando sin descanso su bien y su plenitud.

No hay culto mayor ni más santo que la solidaridad y el socorro al caído, al doblegado por la miseria, al agobiado por el dolor, en donde resplandece el rostro de Aquél que nos ha amado en primer lugar.

Quizás tengamos -en cierto modo- un Bautismo pendiente: volver a sumergirnos en ese Jordán de la vida plena e infinita para renacer desde Dios hacia el hermano)

Paz y Bien