Para el día de hoy (07/03/11):
Evangelio según San Marcos 12, 1-12
(La imagen remite a una antigua costumbre arquitectónica, que era la de colocar en determinado sitio de la edificación una piedra perfectamente identificable y pulida, que era el punto de referencia de la totalidad del edificio y desde la cual se unían las paredes.
Sobre la piedra angular reposaba la solidez de la construcción y se evitaba todo derrumbe.
Y Jesús, cercano a su Pasión, intenta sin descanso que la mirada vuelva a lo verdaderamente fundamental, a lo que sostiene la vida y el universo, el mismo Dios.
Porque el mundo -en aquel entonces, en el transcurrir histórico y en el hoy también- se aferra a lo que perece, el poder, la fuerza, la economía y desprecia con fervor todo aquello en lo que el Dios de Jesús Abbá -Padre suyo y nuestro- tiene puesta su mirada de Amor y misericordia.
Si la vida entera se sustenta en el Creador, en el Dador de la Vida revelado en Jesucristo, el universo entero reposa en sus hombros de carpintero y artesano, tekton galileo, constructor tenaz de nuestras alegrías.
¿Dónde lo encontraremos? Precisamente su rostro resplandece allí mismo, en lo que el mundo desprecia, en el pobre y el caído, en el débil y el excluido, en los niños y en los que sufren...
Quizás hemos dedicado demasiadas décadas a construir magníficos edificios de piedra y hormigón, y dejamos de lado la obra de edificar en nuestro interior de manera compartida y comunitaria estos templos vivos que somos y que llamamos Iglesia.
Desde esas rocas firmes que son nuestros hermanos olvidados hemos de reconstruir la vida y edificar la existencia a la luz de la Buena Noticia; tal vez sea eso mismo que a veces confundimos con santidad)
Paz y Bien
Reflexión
Hace 5 horas.
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