Solemnidad de San José, Esposo de la Virgen María
Para el día de hoy (19/03/11):
Evangelio según San Mateo 1, 16-18.21-24a
(Los cuatro Evangelistas no nos dicen -aparentemente- demasiado acerca de José de Nazareth, esposo de María y padre de Jesús. Inclusive, ni una sola palabra suya ha quedado registrada en los Evangelios, ni en tradiciones de la época.
Sin embargo, aunque tengamos una sana sed de conocer más, para nuestras almas todo está allí.
Podemos intuir mucho de él a través de la esposa y más especialmente desde el Hijo.
¿Acaso alguien puede negar la importancia de la crianza y la niñez de toda mujer y todo hombre?
Jesús no es ajeno a esto, y desde aquí también podemos emprender un sendero de redescubrimiento de esa humanidad suya que no es disfraz ni envoltura pasajera, sino verdad profunda en donde late la Gracia de ese Cristo hermano de todos y Dios nuestro.
José de Nazareth el justo a los ojos de Dios, el que ajustaba su voluntad a la del Creador, el que sabía bien que la ley era importante siempre y cuando se orientara a que prevaleciera la vida... por eso no expuso a María ni al oprobio ni a la lapidación. Además -y quizás sea lo más importante y lo que habitualmente pasamos por alto- era la mujer que él amaba.
José de Nazareth, el del servicio silencioso, el alma rocosa y cálida frente al peligro y la incertidumbre de las persecuciones y el exilio.
José de Nazareth, el que enseñó las oraciones y el modo de orar de su pueblo a un pequeño Niño Jesús, ese Niño que seguramente tomó su acento y aprendió su oficio. No es difícil imaginar que la gran revelación -que Dios es Padre- comienza precisamente allí, en esa niñez en apariencia escondida, con un Niño judío clamando por su papá carpintero ¡Abbá!, e ¡Immá! por su Madre...
José de Nazareth el de los segundos planos, el de la renuncia al protagonismo y a la figuración, el que cumple su deber y se retira en silencio y en paz, sin estridencias.
José de Nazareth, tekton galileo, artesano de todos nosotros que nos lleva de la mano como supo guiar los pasos vacilantes de ese Dios al que llamaba hijito...)
Paz y Bien
¡Él es mi Rey!
Hace 5 horas.
2 comentarios:
Solo el que ama como padre
pasa tan desapercibido
(Por eso nuestro Dios es Padre)
En el Amigo (felices fallas)
al + mc
Hermano, esa es una verdad tan grande que no puede -gracias a Dios- ser explicada. En mi caso, muy tardíamente lo he descubierto, a través de toda la vida de mi papá, que partió a la casa del Papá de todos en setiembre de 2009. Por él se con toda certeza cordial que Dios es Padre...y es Madre también, más allá de toda razón.
Felicidades para tí también
Paz y Bien
Ricardo
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