Para el día de hoy (14/10/11):
Evangelio según San Lucas 12, 1-7
(Hay que andarse con cuidado: la levadura de los fariseos -la hipocresía- ha alcanzado nuestros días con su fermento viejo y extenso.
Es aquel paradigma del fingimiento permanente, del uso de diversas máscaras que esconden corazones oscuros y almas sombrías, del ocultamiento de la verdad a cualquier precio, la voracidad maquillada que devora las almas de los más pequeños, el sostener a perpetuidad una declamación actuada que lejos está de la proclamación viva del Reino.
Con todo y a pesar de todo, estamos allí, agobiados e innominados entre una multitud siempre creciente, empujados a un anonimato que disuelve toda personalización.
Pero Él nos vé, nos reconoce, nos sostiene y alienta.
La verdad ha de prevalecer, y nada ha que quedar oculto pues el Reino supone el fin de todo privilegio pretendido o impuesto: es esa increíble revolución de las almas que Jesús nos revela, y que dice que todos y cada uno de nosotros somos importantes, valiosos y únicos en Sus manos, que no hay que temer, que Dios es un Padre que se desvive y una Madre que no descansa en la búsqueda del bien y la vida de todas sus hijas e hijos. Todos cuentan para Abbá Padre de Jesús y Padre nuestro.
Será cuestión de animarse y atreverse a la irreverencia de la esperanza.)
Paz y Bien
1 comentarios:
Muy buena reflexión, Ricardo. Sugiere muchas cosas que no están lejas de nuestra sociedad hoy.
Muchos fariseos vestidos de medios y comunicadores, tergiversan la verdad, la esconden y la transforman. Las palabras se tornan confusas y son utilizadas para ocultar la verdad.
Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.
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