Para el día de hoy (25/08/11):
Evangelio según San Mateo 24, 42-51
(La literalidad suele ser madre de fundamentalismos tanto crueles como estériles.
Así pensar en un regreso final del Señor como algo posible pero distante -a menudo post mortem- conduce necesariamente a una religiosidad escindida de la cotidianeidad, y a menudo esta postura está íntimamente asociada a la de un dios que castigará en el día final, un dios de juicio, premios y recompensas que nada tiene que ver con Abbá Padre de Jesús y Padre Nuestro.
Sabemos que Él regresará de manera definitiva en el día final; sin embargo, Él está viniendo hoy mismo, y de un modo real y concreto se lo puede encontrar en el rostro de los pobres, en una comunidad orante, en el servicio desinteresado, en el pan compartido, en la mesa de todos.
Quizás en ese encuentro personal y comunitario de un Cristo vivo y presente, podamos comenzar a mirar la existencia desde otra perspectiva más profunda.
Ya no se trata de una ruleta en donde hemos de estar prestos a apostar buenos actos con el fin de acertarle con nuestras mínimas fichas a una eternidad que se gana.
Es el tiempo del Reino, año de Gracia y Misericordia, tiempo de la felicidad humilde de los que no se duermen en sus comodidades porque a ese Jesús lo ven viniendo con ellos y por eso mismo no desesperan.
Porque Él está viniendo y está presente, vivo en medio de su pueblo, son posibles una fidelidad a toda prueba que descree con fervor de esa ética espúrea del éxito, y palpita la esperanza increíble de que otra vida es mejor, y de que la felicidad comienza en la vida diaria y no tendrá límites ni final)
Paz y Bien
Sólo estár....
Hace 2 horas.
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