Saberse llamado


Para el día de hoy (07/09/10):
Evangelio según San Lucas 6, 12-19

(El Maestro debe tomar una decisión trascendental, y por ello pasa toda la noche en oración. En el monte oscuro y silencioso, se nutre en comunión plena con su Padre para llegar certero al alba.

EL Evangelio para el día de hoy nos regala varios símbolos y signos.
De entre sus discípulos, elige a doce en particular; son doce que, a su vez, simbolizan a la doce tribus de Israel.
Hay una continuidad que no debe quebrantarse en el plan de Salvación, querida fervientemente por el Dios de la Vida desde la misma creación, caminando con el pueblo de Israel que se transformará en un nuevo pueblo universal.

Son doce los elegidos, y los llama apóstoles, es decir, enviados, misioneros: ellos tienen la misma misión que su Maestro.

Deliberadamente se conservan sus nombres: en parte, como rescate de la memoria de las primeras comunidades; pero fundamentalmente, pues los enviados tienen una identidad, una personalidad, sus luces y sus sombras.
El llamado -eso que llamamos vocación- es totalmente personal; suponer la vocación en un aspecto abstracto es desconocer la confianza puesta por Jesús en sus amigos, esos doce, tú y yo.

Pescadores y campesinos, recaudadores de impuestos, militantes políticos, prácticos y testarudos, tenaces y traidores, violentos y hospitalarios...allí, entre ellos, los menos pensados, podemos reconocernos y descubirir nuestra misión, que es la de Él.

Sanar, enseñar, multiplicar el pan, liberar de toda opresión... es decir, anunciar que el Reino está ahora mismo presente y creciendo entre nosotros.

Las multitudes seguían al Maestro pues intuyen algo especial en Él, una fuerza increíble que sana a todos.

Hacer un alto, retirarnos corazón adentro en el encuentro orante con Abbá Padre de Jesús y Padre nuestro es más que necesario: allí estará nuevamente, cada día, la maravilla de sabernos elegidos, llamados, convocados para la mejor de las tareas, con nuestras fidelidades y nuestros quebrantos, con nuestros amaneceres y nuestras noches oscuras.

Él cree y confía en nosotros)

Paz y Bien


2 comentarios:

Comunidad San Pablo dijo...

Dice la palabra de hoy, "Al bajar con ellos se detuvo en una llanura. Estaban allí muchos de sus discípulos y una gran muchedumbre..." Pensé en lo que sentían o pudieron sentir los apóstoles. ¿Todos eran humildes y equilibrados? ¿Se consideraban superiores al resto por haber sido elegidos? ¡Las veces que impedían que los necesitados se acercaran al Señor!
Crezcan! fue lo primero que Dios pidió al hombre apenas creado (Gn 1, 28). Tus reflexiones ayudan a crecer.
Mi abrazo en Cristo y en su Ssma Madre.
Claudio

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Es verdad, hermano: crecer es imperativo, desde lo personal y desde lo comunitario -quizás el primer paso sea "dejar" que Él nos haga crecer- y luego, hacer que la familia esta que conocemos por comunidad, por Iglesia, crezca frondosa, que a nadie se le impida acercarse al Maestro.
Un agradecimiento enorme por tu comunión en este Espíritu que nos congrega.
Un abrazo en Cristo y María para vos y tu comunidad
Paz y Bien
Ricardo

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