Nosotros, los Simones


Para el día de hoy (16/09/10):
Evangelio según San Lucas 7, 36-50

(El horario puede ser el mismo, los platos similares. Hasta el sitio puede no diferenciarse.
Porque como Simones de este presente, a menudo nuestra mesa no es la de Jesús.
En ella no hay espacio para la compasión, no hay silla para la misericordia, no hay lugar para los excluidos.

Quizás también nos descubramos estrictos observantes de normas y preceptos, y sin embargo laxos y olvidadizos en el ejercicio del perdón y en la alegría compartida del servicio. Tal vez nos hemos vuelto expertos en la rapidez del juicio y la crítica.

Y la mesa no es la del Maestro.

Pero puede suceder la aceptación sincera del escándalo de la cruz, y horario, platos y sitio se transforman.
La mesa se vuelve espacio de celebración y reencuentro de las hermanas y hermanos junto al hermano mayor de Nazareth, el mismo que está vivo, el Resucitado.

La mesa ya no será cena impiadosa de Simones, sino ágape de bienvenida y fiesta de vidas nuevas... esas que ingresan por el portón maravilloso de la conversión.

Si nos decidimos a dejar de ser Simones y permitimos que nuestra mesa sea la de Jesús, entonces sí, sucederá eso que llamamos Eucaristía, acción de gracias que no tienen fin porque se han recuperado vidas en plenitud que se creían perdidas, y es mesa grande de una familia que está unida por lazos mucho más profundos que los sanguíneos.

Familia eterna en donde se celebra la Buena Noticia de sabernos hermanas y hermanos.)

Paz y Bien


2 comentarios:

Comunidad San Pablo dijo...

Amén. Humildad. El camino a la santidad es la práctica de todas las virtudes cardinales, hermano.
Mi abrazo en Cristo.
Claudio

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Así sea, Claudio. Hacerse nada para que Él sea todo en todos.
Un fructuoso y manso fin de semana para vos y tu comunidad.
Y un abrazo en Cristo y María
Paz y Bien
Ricardo

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