Mano seca, corazones paralizados



Para el día de hoy (06/09/10):
Evangelio según San Lucas 6, 6-11

(Mano seca, inutilizada.
Mano incapaz de ganarse el sustento, mano incapaz del abrazo, mano incapaz de estrechar otra mano fraternal, mano incapaz de la caricia y el gesto, mano de la exclusión y el olvido.

Esa mano seca se le había hecho costumbre a su portador, como se hace habitual y normal la exclusión y la miseria a tantos, de tal modo que ni siquiera pueden pedir se les restituya la salud y el movimiento ausentes.

Sin embargo, la discapacidad no estaba en ese hombre de mano inutilizada, de dedos resecos.
Los discapacitados eran -y son- aquellos que ponen normas y leyes por sobre la necesidad humana, supeditando toda urgencia del hermano a la estricta observancia de códigos, los que justifican con agudas razones espúreas el dolor, la enfermedad y la miseria, corazones paralizados veloces en la crítica y el juicio implacable, ociosos de toda misericordia.

La raíz de cada término puede resultarnos a menudo de mucha utilidad: así, sinagoga tiene por acepción primaria la de reunir, congregar.
En esa reunión, entre esas gentes congregadas, en nuestra comunidad, esa vez y ahora mismo el Maestro vuelve a poner las cosas en su sitio.

El centro de toda comunidad, eclesial o más bien, comunidad humana, debe ser el necesitado, el que requiere auxilio sin demoras aún cuando esté imposibilitado de exigirlo.

Cuando una comunidad pierde ese centro, se reseca y paraliza más que la mano de ese hombre y se transmuta en reunión de discapacidad cordial.

Hay que volver a preguntarnos si no hemos perdido el centro, y es imprescindible que Jesús vuelva a ponernos las cosas en su lugar)

Paz y Bien

8 comentarios:

Salvador Pérez Alayón dijo...

Hay muchas formas de sentirnos paralizados, y no es la más peligrosa nuestra propia pereza o egoísmo, sino, como muy bien dices tú, Ricardo, la indiferencia o insensibilidad al sufrimiento del otro, a las miserias del otro...

Sólo desde la capacidad de compartir todo: dolor, miserias, problemas, incapacidades, sufrimientos y... nuestra fe y amor se verán fortalecidos y realizados en el ESPÍRITU.

Y eso, como dice Madre Teresa de Calcuta: "creo que si no rezara sería incapaz de amar a los pobres, pues es JESÚS Quien pone el amor en mi corazón".

Un fuerte amor en XTO.JESÚS.

eligelavida dijo...

'El centro de toda comunidad, eclesial o más bien, comunidad humana, debe ser el necesitado, el que requiere auxilio sin demoras aún cuando esté imposibilitado de exigirlo'.

Cuántas veces acude una persona a confesarse, o simplemente a la Iglesia, y se la encuentra cerrada. Le dicen: "Que venga a otra hora", pero esa persona ha acudido allí movida por algún acontecimiento después de muchos años, y es probable que si no encuentra unos brazos abierto, no vuelva. Lo mismo cuando un amigo acude a nosotros.

Una característica del cristiano debería ser estar disponible para todos, incluso, como dices, para aquel que necesita ayuda aunque está imposibilitado para pedirla.

Comunidad San Pablo dijo...

Ricardo, hermano, gracias por tus oraciones dirigidas a fortalecer el servicio del fin de semana que pasó. La obra del Señor y su infinita misericordia hará que las semillas no caigan entre piedras. 60 adolescentes menores de 15 años es todo un desafío para cualquiera, y más para personas que -como yo- estamos cerca de los sesenta.

Como bien decís en el post El centro de toda comunidad, eclesial o más bien, comunidad humana, debe ser el necesitado, el que requiere auxilio sin demoras aún cuando esté imposibilitado de exigirlo. y allí estaremos cada vez que la voz de Dios nos convoque cotidianamente.

MI abrazo en Cristo y en su Ssma Madre.

Claudio

Edit dijo...

Gracias por darnos tanto en tus meditaciones.
Iluminas mi mente y me corazón. Siempre es un placer visitarte.
La caridad es la única que nos va a asegurar la salud espiritual. Cuando la perdemos, nos secamos, y pasamos a ser incapaces espirituales.
Un abrazo en nuestro Señor.

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Querido Salvador, quizás sea preciso despertar cada día...del sopor de la rutina, de ese adormecerse de no auxiliar al hermano.
Un abrazo grande
Paz y Bien
Ricardo

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Eligelavida, esto que dices es una verdad y una realidad muy dolorosa... Quiera el Espíritu despertarnos para estar disponibles siempre para quienes nos necesita.
Un abrazo fraterno en Cristo y María
Paz y Bien
Ricardo

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Claudio, es una gran alegría saber de esta siembra buena con los chicos; con mi familia participamos en una comunidad de la Obra de Don Orione, y tengo la Gracia de tener una esposa catequista y mi hijo mayor dirigente del Oratorio, en donde también con mucho cuidado y ternura se vá sembrando la Buena Noticia, mientras que mi hijo menor se está preparando para confirmarse en su fé. Me alegro y doy gracias por poder haberme unido desde mi oración.
Que el Espíritu nos encienda -¡nos incendie!- para estar siempre allí en donde se nos necesite, con alegría y esperanza a pesar de tanta miseria y tanto dolor.
Un abrazo en Cristo y María para vos y tu comunidad
Paz y Bien
Ricardo

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Gracias, Edit, por tu presencia constante y la calidez y generosidad de tus palabras. Es muy importante lo que decís: hay que sanarse de muchas cosas, cuando miramos hacia otro lado nos volvemos auténticamente discapacitados.
Un abrazo grande en el Dios de la Vida
Paz y Bien
Ricardo

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