Los preferidos de Dios



Para el día de hoy (16/08/14) 

Evangelio según San Mateo 19, 13-15




En los tiempos del ministerio de Jesús de Nazareth, los niños tenían una clasificación social cuanto menos complicada. Estaban situados en un escalón similar a los esclavos y a las mujeres, es decir, que carecían de derechos, y a su vez se definían por ser seres incompletos. Y excepto en contadísimas ocasiones, las condiciones en que eran criados no pasaban el tamiz severo de las normas de pureza/impureza vigentes, por lo que si el Maestro les imponía sus manos, Él también se volvería un impuro, un proscrito para la vida religiosa y comunitaria.

A ello se debe, en gran parte, el reproche de los discípulos a las madres de los niños. Pero también otro enojo subyace a la par de la reprensión, y es que esos hombres -prisioneros de sus tradiciones y su cultura- no toleran en las honduras de sus corazones que los niños -tal como esclavos o mujeres- sean parte privilegiada del Reino de Dios que Cristo les inaugura y revela.

A diferencia de esa mentalidad que es tan persistente a través del tiempo, Jesús recibe, abraza y bendice a los niños. Es el signo cierto de la preferencia de Dios por los pequeños, por los que no cuentan, por los indefensos, por los que son capaces de asombrarse, por los que aún mantienen esperanzas indestructibles de mirada transparente.
Y más aún, su reclamo perentorio para que permitan que los niños lleguen a Él es también una toma de posición que no admite medias tintas y que debería también ser el carácter primordial de la comunidad cristiana.
Proteger a los indefensos, hacerse familia de los pequeños, hermanarse con los que no cuentan y muy especialmente, ponerse del lado de las víctimas, jamás buscar justificar a los victimarios.

Porque Dios tiene sus preferidos, a los que pertenece el futuro y desde donde el Reino florece.

Paz y Bien

4 comentarios:

pensamiento dijo...

La invitación de Jesús es ser como niños, quien posee un corazón de niño es capaz de ver y descubrir el dolo de los más pequeños, Señor danos un corazón de niño .

José Ramón dijo...

Interesante Post ¡Que sería este mundo sin los niños! Feliz fin de Semana Saludos

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Pensamiento, a veces jugando con las palabras, me he imaginado a ese Dios que siendo uno de nosotros, eligió el oficio de carpintero... y así me he encontrado muchas veces suplicándole que talle nuestros corazones pétreos, y los haga de buena madera frutal.

Paz y Bien

Ricardo

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Gracias, José Ramón, por tu generosidad.

Un abrazo y bendiciones para vos

Paz y Bien

Ricardo

Publicar un comentario

ir arriba