Para el día de hoy (21/08/14)
Evangelio según San Mateo 22, 1-14
El banquete -ágape- como reunión amplia y amorosa de Dios, es la celebración de los esponsales del Hijo de Dios con la Iglesia, familia inmensa, familia humana con fecundo destino de eternidad.
Sus servidores, en parte a causa de ofensivos e ignominiosos desplantes de los invitados primeros, han sido enviados a todas las encrucijadas de todos los caminos, en todas las esquinas de la vida. Es una noticia estupenda, magnífica, asombrosa. Han de convidar a todos los que encuentren, nadie ha de quedarse sin invitación.
Pero esta misión tiene cierto color que no puede soslayarse: los servidores han de cumplir con riguroso empeño en llevar las invitaciones. Pero carecen de derecho alguno a seleccionar a los invitados: el rotular, clasificar o seleccionar quién participa y quién no lo hará es atribución exclusiva del Rey.
Para los servidores no ha de contar la bondad o maldad, la luz o la oscuridad, la belleza o fealdad de los invitados. Para los servidores lo que verdaderamente ha de contar es la sorprendente e infinita amplitud de la generosidad del Dueño de casa.
Para nosotros, pobres y pequeños servidores, ha de contar precisamente éso. Para nosotros, que cuente solamente la asombrosa Gracia de Dios.
Paz y Bien
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