Bordes


Para el día de hoy (07/02/11):
Evangelio según San Marcos 6, 53-56

(Ellos desembarcan con Jesús en Genesaret -orilla oeste del mar de Galilea- y parece que se liberar las esclusas que contienen sufrimiento y dolor: un mar de colchones y camillas, un catálogo completo del penar, cientos de personas cargando a otros tantos cientos de enfermos de toda dolencia, en búsqueda de ese rabbí galileo del que tanto han oído hablar.

La imagen es sobrecogedora: tanto sufrimiento junto que se conjuga con un entusiasmo y una confianza sin par en el Maestro.
Les basta tocar las borlas de su manto, los bordes -kraspedou- de su vestido tal como vestían los varones judíos observantes de la ley -Dt 22,12-; Jesús viene a hacer plena esa Ley que considera suya y respeta, y que cree camino de liberación, al servicio del hombre más no causa de opresión y condena.
Y acontece que todos aquellos que pueden tocar ese borde quedan sanos.

Una mirada simplista y apresurada concluiría en decir que Jesús es un espectador pasivo, que no hace nada, que sólo deja que lo toquen y, por cierto mecanismo semi mágico, los enfermos sanan.

Nada de eso: Él es testimonio vivo, presencia del Reino que late y respira.
De ese mismo Reino en el que descubrir el rostro bondadoso del Padre está intrínsecamente ligado a que toda mujer y todo hombre pueda erguirse en toda su humanidad, destino de plenitud que es raíz en el proyecto soñado por Abbá.

Es un mundo nuevo, la tierra prometida de la fé en la que aún no nos atrevemos a desembarcar. Fé que es mucho más que doctrinas y abstracciones, fé que es hechos concretos y vida diaria, fé que es salud y liberación, fé que es contacto y cercanía, Dios con nosotros, Dios entre nosotros, Dios al lado nuestro)

Paz y Bien



4 comentarios:

♥Alicia dijo...

Señor concede salud a nuestras almas y que seamos capaces de amarte con humildad y respeto en nuestro prójimo.

Hola Ricardo deseo que tengas una feliz semana junto a tus seres queridos.
Dios te bendiga!
Un abrazote.

Santisiembra dijo...

Hola me gusto mucho la refliexión, especialmente como concluyes ese Dios cercano que para tantos parece distante. Saludos

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Alicia, que Él nos cure de tanto dolor autoinflingido, de tantas heridas que a veces -sin darnos cuenta- le ocasionamos al otro.
Que tu fin de semana se pleno y feliz junto a los tuyos.
Un abrazo grande
Paz y Bien
Ricardo

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Gracias por tus palabras, Santisiembra.
Él está allí, tan cerca, habita en nuestro corazón y, a menudo, hacemos lo posible por no verlo.
Sin embargo, es un Dios tenaz que nunca nos abandona.
Un saludo fraterno en Cristo y María.
Paz y Bien
Ricardo

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