San Pío X, Papa
Día del Catequista
Para el día de hoy (21/08/17):
Evangelio según San Mateo 19, 16-22
Dos aspectos destacan en la actitud del joven que se acerca con su pregunta al Maestro: parece venir decidido a todo, y a su vez se acerca con franqueza y confianza, sin hipocresía, sin intenciones ocultas como solían hacer escribas y fariseos, sin ánimos veraces.
Su razonamiento no nos es para nada ajeno, pues separa las cosas de esta vida de la postrera y además, consonante con nuestras actitudes, inquiere qué debe hacer ahora para procurar luego la vida eterna.
No está mal, claro está, pero la encarnación de Dios en Cristo es la urdimbre santa de la eternidad en el tiempo, un Dios que se hace historia y vecino. Y que la Salvación es don y misterio de amor antes que premio por méritos acumulados en la balanza de las buenas acciones.
Para miradas teológicamente severas, el Maestro responde con ortodoxa exactitud: hay que cumplir los mandamientos.
Pero los mandamientos son mucho más que un reglamento a observar, y encuentran pleno sentido y trascendencia en Cristo.
De allí el énfasis que Jesús de Nazareth pone en su enseñanza: respetar siempre la vida sea propia o ajena, venerar los cuerpos, amar a la esposa, venerar a los mayores, nunca tomar lo que no nos pertenece, afirmarse en la verdad, amar al prójimo como a uno mismo.
Se trata de eso que llamamos ética, entendiendo como ética la manera de ser en el mundo. Ética es mucho más que moral, ética son principios inalterables y la moral podría considerarse el modo en que la ética se traduce en cada etapa histórica.
Cuando la ética se contempla y vive desde la fé, es decir, desde la perspectiva del corazón de Dios, entonces se proyecta al infinito.
Todos esos mandatos llegan a su plenitud cuando se deja todo atrás y se vive por y para los otros. Abnegación, servicio, solidaridad. Venderlo todo para dárselo a los pobres es renegar alegremente del yo para trascender en el nosotros, en un Dios que descubrimos en el rostro del hermano.
El cielo está cerca y ya se asoma en la cotidianeidad.
Paz y Bien
1 comentarios:
Qué sepamos despojarnos de lo superficial y seguir al Señor que nos llama día a día
Publicar un comentario