Rendición de cuentas

Para el día de hoy (14/12/09):
Evangelio según San Mateo 21, 23-27

(Jesús enseñaba en el Templo de Jerusalem.
Se le acercaron varios sumos sacerdotes y ancianos del Templo, exigiéndole que explique y rinda cuentas: de donde venía su autoridad, quien le había dado tal autoridad... Para anunciar la Buena Noticia, para curar enfermos, para expulsar mercaderes y traficantes del Templo.

Los motivos son claros: ellos se habían apropiado y usurpaban el templo, la fé, el poder sobre las almas del pueblo.
El testimonio del Maestro llevaba la autoridad y el poder de ellos a un tembladeral del que les resultaría muy difícil salir, de allí el imperativo de exigirle rendición de cuentas.

Jesús les contesta con mucho ingenio y astucia, más para ellos no importaba lo que dijera: no tenían ninguna intención de buscar la verdad, sólo están ansiosos por el poder, por controlarlo todo.

Para anunciar la Buena Noticia y para hacer el bien no hay que pedir permiso.

El Maestro nos ha enseñado: -Felices los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios-...
Quizás desde un corazón limpio se puedan hacer las preguntas que reflejen un sincero hambre de verdad... Y quizás, hasta no sea necesario hacer ninguna pregunta.

En este pequeño tiempo de preparación para el que viene, para el Emanuel, para Dios con nosotros, es tiempo de esperanza y es tiempo de limpieza.
Hay que barrer los patios de nuestro corazón.
Sólo así podemos ver a ese Dios que se hace Niño, uno de nosotros, y levantar la cabeza mirando al cielo: llega nuestra liberación)

Paz y Bien



2 comentarios:

María Jesús dijo...

Dios se manifiesta a los humildes, pero para los orgullosos permanece escondido.

Un abrazo

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Así es, m.jesús, al orgulloso sólo le interesa su propio ego, por eso mira y no vé.
Un abrazo en el Cristo que viene.
Paz y Bien
Ricardo

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