Nada nos pertenece


Para el día de hoy (11/10/09):
Evangelio según San Marcos 10, 17-30

(Nada es nuestro, nada nos pertenece.

Ni los méritos del cumplimiento religioso ni los conocimientos acumulados.

Ni los bienes que hemos ganado con nuestro esfuerzo, ni nuestras buenas intenciones.

Ni una vida pacífica ni los días turbulentos de crisis.

Ni la familia heredada y amada ni los amigos adquiridos y queridos.

Nada es nuestro, nada nos pertenece, Señor, y por eso nos cuesta desprendernos de lo que en verdad es ajeno.

Nada es nuestro, nada nos pertenece, Señor, y por eso hay miles de camellos haciendo fila para pasar por el ojo de la aguja, y van a pasar limpiamente, mientras que nosotros no podremos entrar al Reino de los Cielos.

Porque, Señor, no acertamos ni aceptamos entender que todo es Gracia, que todo es dado -hasta tu vida misma has dado refrendando con tu sangre este amor-.

Y tu Palabra es una espada que cala hasta la raíz del corazón.

Por eso andamos entristecidos como el joven rico del Evangelio; nos cuesta un esfuerzo espantoso desprendernos de todo... en especial de aquello que no nos pertenece.

-para peor, no me horrorizo cuando se declaman sesudos discursos acerca de la propiedad privada, cuando mi hermano languidece de miseria a mi lado, y yo paso de largo-

Todo nos ha sido dado, en especial la vida.
Y nos ha sido dada para que sea tierra fértil, fructífera en obras de amor que no son otras que las obras propias de la fé.

Nos suena a calvario desprendernos de la idea de los premios futuros; la Salvación sucede hoy.
Nos duele en cuerpo y alma renegar del propio yo.

Señor, ten piedad de nosotros.
Sabemos que nos miras con entrañable afecto como miraste al joven rico.
Que tu Espíritu nos ilumine, para que haya menos camellos pasando por ignotos ojos de agujas, y más hermanos.
Para que podamos reconocernos en los ojos del hermano.
Para darnos cuenta que tu Salvación jamás es individual: nos salvamos con otros.
Y para que finalmente y de una vez por todas, reconozcamos que las cosas son verdadera y totalmente nuestras cuando las damos por generosidad, con el color de la solidaridad y por difundir el perfume de la gratuidad...
Bien para los hermanos y canción de la Gracia.
Amén)

Paz y Bien



2 comentarios:

Salvador Pérez Alayón dijo...

Sólo nos separa un pensamiento y una pequeña reflexión: todo me ha sido regalado y todo me será arrebatado el día de mi partida.
Un día vine siendo el más pobre de los pobres: un niño indefenso, dependiente de mis padres y necesitado de todo cuidado y esmero. Fui el centro de sus amores y todo me fue regalado sin merecerlo ni hacer obras que correspondieran a tales regalos.
Un día, también, me iré, me indicaran el camino de regreso y tendré que deja todo aquí. Quizás deje muchas cosas al alzar,al destino de que encuentre unas manos, que las hagan fructificar o quizás no, y todo se perderá como papel quemado e inservible. ¿No será mejor buscarle ahora un buen destino y finalidad? Cuando entendemos esto, todo se hace mucho más fácil y el camello encoge su tamaño para favorecer su paso por el ojo de la aguja.
Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Habrá que ver que es lo que nos llevamos, hermano: si las cosas a las que vanamente nos aferramos o portamos tesoros del cielo, esos que surgen del dar y darse.
Un abrazo fraterno en Cristo y María
Paz y Bien
Ricardo

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