Discípulos y enviados

Para el día de hoy (28/10/09)
Evangelio según San Lucas 6, 12-19

(No era una decisión cualquiera, de resolución simple. De entre los muchos discípulos que tenía, iba a elegir a varios de ellos en particular: iban a andar tan cercanos a Él que esa misma cercanía implicaría un compromiso total.

No era una decisión cualquiera, por eso Jesús pasa la noche entera en oración con su Padre.

Más de uno se sorprendería con la eleción de Jesús: entre los doce elegidos no había herederos de grandes familias o realeza, notorios políticos o sabios de renombre.
Entre ellos había pescadores, recaudadores de impuestos, campesinos, estudiosos de la Torah, comerciantes... Y los había de muy diferentes caracteres, obstinados y honestos como Tomás, entusiastas como Pedro, fieles hasta el fin pero violentos como Santiago y Juan, prácticos como Andrés...
Todos con sus luces y sombras, con sus virtudes y defectos, con su nombre y apellido, muy parecidos a vos y a mí, a cada uno de nosotros.

Porque de eso se trata.
Beber con ansia el vino de su Palabra, y que Él haga morada en nosotros y desde allí, descubrirnos enviados a anunciar la Buena Noticia a todas partes, a sembrar la esperanza, a orar sin cesar y a trabajar para que el Reino sea en esta tierra.

Nos llama por nuestros nombres y tal cual somos porque nos conoce...y cree en nosotros!

¿Qué estamos esperando?)

Paz y Bien

2 comentarios:

Angelo dijo...

Aquellos que no poseen nada, los que sólo pueden ofrecer su corazón, son los que están abiertos para ser llenados. Son los que pueden oír con claridad la llamada del Señor. Pocas veces reflexiono sobre el gran don de ser uno de los elegidos. Y es tan grande este ¿porqué? que hoy descubro debo agradecer más

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Mi querido amigo y hermano, no hay nada que hacer, probablemente no alcancen tres vidas para agradecer todo lo que Él ha hecho por nosotros.
Gracias por tus palabras y tu comunión.
Bendiciones y la alegría del Altísimo para tí y tu familia.
Un abrazo fraterno en Cristo y María.
Paz y Bien
Ricardo

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