San Esteban, testigo fiel de la vida















San Esteban, primer mártir

Para el día de hoy (26/12/18)  

Evangelio según San Mateo 10, 17-22






Como un contrapunto de notas graves y agudas, la Iglesia nos propone a través de la liturgia del día la contemplación del martirio de San Esteban, protomártir -primer mártir-, y en apariencia, se derrumba la imagen bucólica del pesebre de Belén que tanto nos gusta, y que suele estar tan alejada de la infinita fidelidad del Dios que nos nace. 

Porque del pesebre de Belén surge una luz incandescente que poco tiene de folklórica o romántica: ese Niño Santo es también un Niño frágil que por ese amor que se encarna, será perseguido con saña, sin compasión. Ese Niño lleva inscrito en las honduras de su corazón sagrado una fidelidad que, a su tiempo, lo conducirá al Gólgota, a los horrores de la cruz.

Amar a ese Niño implica involucrarse, comprometer toda la existencia tras esa vida que nos amanece hasta las últimas consecuencias. 

La otra cara de Belén entonces es, precisamente, permanecer fieles frente a las persecuciones. El amor es peligroso para los déspotas de todos los tiempos. Y signo de salvación es la fidelidad que se mantiene y no se resigna.

Esteban lo comprendió en lo profundo de su existencia. El Niño de Belén, el que sería su Maestro y Señor, eligió la pobreza, los márgenes, la bondad y la mansedumbre. Y Esteban, frente al embate cruel de los poderosos, frente a la persecución enardecida, no abdica en su fidelidad, testigo de la vida en medio de la noche de la violencia.

Que el Espíritu nos mantenga en pié en los momentos difíciles.

Paz y Bien

1 comentarios:

Marian dijo...

¡Feliz y Santa Navidad, Ricardo! Mis mejores deseos para ti y toda tu familia.

Un abrazo en el Señor.

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