Adviento, señal de nuestra liberación















Domingo 1º de Adviento 

Para el día de hoy (02/11/18): 

Evangelio según San Lucas 21, 25-28. 34-36







Hoy celebramos el primer Domingo de este tiempo litúrgico denominado Adviento.

Con una causalidad que tiene mucho de asombroso misterio, el idioma nos brinda hermosos indicios para la celebración de este día de la venida del Señor: en griego, venida se dice Parusía -parousia-, mientras que en latín se pronuncia Adventus -Adviento-. 
Se trata del mismo amor entrañable de Dios, de un Cristo que regresará para consumar la historia, el reencuentro final de Dios con la humanidad, y la llegada humilde del Salvador a través de una muchachita judía fiel y creyente, el Dios encarnado que se hace tiempo y se hace vecino, un Dios que ingresa a la historia a través de la frágil condición humana.

Adviento entonces es la llegada del Señor a través nuestro, mujeres y hombres creyentes. Y así suplicamos en este día el estar atentos y vigilantes, despejados de miedos y sopores, firmes en la esperanza, porque el Dios de la justicia y el derecho acampa entre nosotros, porque nuestra liberación está muy cerca, aún cuando nos acosen las sombras de la muerte, los abismos deprimentes en que suelen caer nuestras existencias, aún cuando todo parezca indicar que nó. El Dios de Jesucristo no se desentiende de la historia, madera de cuna y madera de cruz.

Madera, materia, mater, Madre de nuestra alegría, venida de un Dios que se acerca con la ternura y fragilidad de un Niño en sus brazos.

Ese Dios que se llega en silencio, como pidiendo permiso, es el mismo Dios que regresará en Cristo cuando el tiempo madure, cuando acontezca la plenitud absoluta, cuando Dios sea todo en todos.

Permanecer atentos, con la mirada encendida y las manos dispuestas, Buena Noticia que vive y palpita para nuestra gente, para todas las gentes.

Feliz y santo Adviento para todos.

Paz y Bien

1 comentarios:

FLOR DEL SILENCIO dijo...

gracias,Ese Dios que se llega en silencio, como pidiendo permiso, es el mismo Dios que regresará en Cristo cuando el tiempo madure, cuando acontezca la plenitud absoluta, cuando Dios sea todo en todos. Gracias, feliz tiempo de adviento.

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