El Sí de María, el Sí de Dios








La Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María

Para el día de hoy (08/12/16):  

Evangelio según San Lucas 1, 26-38




Nos caímos del paraíso.

El hombre y la mujer se esconden, y hay una vergüenza que los hace ocultarse. No se trata tanto de una desnudez física sino, tal vez, los despojos vanos que le quedan a una vida que abandona con soberbia la presencia de Dios. Y por ese pecado ingresó la muerte, tan brutal la ruptura de una eternidad cotidiana y natural.

Aún así, con todo y a pesar de todo y cuando la contundencia de la muerte pareciera definitiva, el Creador es un Dios tenaz que no abandona su creación. Con paciencia infinita fué tejiendo en la historia el rescate de esa humanidad caída, Él mismo interviniendo en la historia haciéndose salvación que se llega a nuestra cercanía, un pariente, un amigo, un hermano, un Hijo de nuestro corazón.

Una muchachita judía de aldea ignota será, merced a ese amor inquebrantable de Dios, quien inauguraría los tiempos definitivos y plenos, la nueva Eva, madre de todos los vivientes.

La vida plena se abre paso desde los márgenes, desde donde nada bueno ni nuevo se espera. Dios exalta a los pequeños, Dios hace plena a la más pequeña, y Ella es feliz por creer, por hacer carne la Palabra que ha escuchado con atención y que ha atesorado en las honduras de su ser.

Su Sí! transforma la historia de la humanidad. Desde María de Nazareth acontece un giro maravilloso, pleno de bendición y grávido de alegrías porque ante todo, su Dios y el nuestro ha dicho Sí! a todas sus hijas e hijos, Sí a la vida, Sí al perdón, Sí a la salvación, Dios todopoderoso porque ama sin medidas.

María de Nazareth, Madre Inmaculada del Adviento no es una excepción única en el género humano sino más bien una promesa y una vocación para todos los pueblos y todas las gentes, vocación de santidad para recibir humildes, felices y esperanzados al Hijo que es nuestro camino, nuestra verdad y nuestra vida.

Salve, Madre de Dios!

Paz y Bien

1 comentarios:

ven dijo...

Gracias, una vez mas por su compartir vida, María tuvo un alma pobre de esclava, el Señor la miró en su pequeñez, y fue escogida para realizar en ella «cosas grandes». Un bello y hermosos día para usted y toda su familia en el Señor, un abrazo fraterno.

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