La alegría de los pequeños


Para el día de hoy (15/07/09):

Evangelio según San Mateo 11, 25-27

(Jesús no cabe en sí de alegría, desborda de gozo.
El Reino de los Cielos ha sido ocultado a los poderosos.

Los sabios sin apetito de verdad -saturada su alma de soberbia, confiados en saberes perecederos-, no son capaces de verlo.

Los prudentes sin coraje de ir más allá -confiados en sus falsas seguridades, saturadas sus almas de comodidades- tampoco son capaces de verlo.

El Padre ofrece a través de su Hijo Jesús -hermano y Señor nuestro- su Reino a todos por igual, sin importar méritos y miserias.

Pura Gracia, total gratuidad.

El Padre, con inefable ternura, revela el mayor regalo a los más pequeños, a los más sencillos, a los mínimos, a los que el mundo desprecia, excluye y tiene por nada, a los sobrantes, a los nadies...
Los pequeños, hijos predilectos del Padre -que es padre y madre- han podido conocer y saborear la alegría del Reino de Dios.

Puede que debamos renegar de una vida aferrada a saberes esquivos y perecederos y a prudencia que es producto del confort, de no correr el riesgo de la fé en Jesús.
Puede que debamos identificarnos de una vez por todas con los más pequeños, en donde resplandece el rostro de Jesús. E identificarse no es mímesis, claro que no, sino hacerse uno más entre los pequeños.

No vaya a ser que la vida que se nos ha prestado torne en higuera estéril, pan que no nutre, comida que no se comparte, Reino de los Cielos que se nos esconda y se nos escape entre los dedos...)

Paz y Bien

4 comentarios:

Francisco Cavada dijo...

Pienso que es necesario nutrir nuestra vida a cada instante del amor de Dios. Caso contrario, el mundo nos contagia rápidamente. Es un gran desafío.

Un abrazo fraterno.

Daniel Espinoza dijo...

MUY BUENO TU ARTICULO
No solo de pan vive el hombre, si no tambien de la palabra que sale de la boca de Dios.

Señor tu tienes palabras de vida eterna.

Bendiciones

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Es cierto, Francisco Javier! Hay que inmunizar el alma con las cosas del Reino, bajo pena de contagiarse el mal del mundo. Muchas gracias por tu presencia y tus palabras. Un abrazo fraterno en Cristo y María. Paz y Bien. Ricardo

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Muchas gracias, SCJM, por la generosidad de tus palabras y por tu presencia fraterna. Un saludo fraterno en Cristo y Maria. Paz y Bien. Ricardo

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