Oh María, que te apareciste a Bernardita
en la cavidad de la roca;
al frío y a las sombras del invierno
tú les trajiste el calor de tu presencia
y el resplandor de tu belleza.
Infunde la esperanza, renueva la confianza
en el vacío de nuestras vidas,
tantas veces sumidas en la sombra,
y en el vacío de nuestro mundo,
en el que el Mal hace valer su fuerza.
Tú, que eres la Inmaculada Concepción,
socórrenos, pues somos pecadores.
Danos humildad para la conversión
y valor para la penitencia.
Enséñanos a rezar por todos los hombres.
Guíanos a la fuente de la verdadera vida.
Ayúdanos a caminar como peregrinos
en el seno de la Iglesia.
Estimula en nosotros el hambre de la Eucaristía,
pan del caminante, el Pan de Vida.
Oh María, el Espíritu Santo hizo en ti maravillas:
Él, con su poder, te ha colocado junto al Padre,
en la gloria de tu Hijo, el Viviente.
Vuelve tu maternal mirada
a nuestras miserias del cuerpo y del espíritu.
Que tu presencia, como luz reconfortante,
brille a nuestro lado en el trance de la muerte.
Queremos rezarte, oh María,
con sencillez de niños, como Bernardita.
Que entremos, como ella, en el espíritu
de las Bienaventuranzas;
así podremos, ya aquí abajo,
empezar a conocer las alegrías del Reino
y cantar contigo tu Magníficat.
¡Gloria a Ti, Virgen María,
dichosa servidora del Señor,
Madre de Dios,
morada del Espíritu Santo!
¡Amén!
(tomado del sitio oficial del Santuario de Lourdes)
Granito de arena de Esperanza...Viernes de Pasión
Hace 34 minutos.
4 comentarios:
Muchas gracias por esta preciosa oracion. Un abrazo.
Muchas gracias a vos por tu presencia y tus palabras. Un abrazo fraterno en Cristo y María. Paz y Bien. Ricardo
Yo hay encontrado este blog por acaso y los agradezco y felicito. Gracias por la oración. voy a venir más veces visitarlo.
Paz y bien!
Es una gran alegría tu presencia aquí, María Lúcia, y así también conocer tu magnífico blog.
Gracias a tí y bienvenida a estas humildes páginas.
Que Deus te abençoe,
E faça brilhar Seu rosto sobre ti;
E que o Senhor te dê a paz;
Sim, Deus sobre ti levante o rosto Seu;
Que te guarde e abençoe sempre.
Paz e Bem!
Ricardo
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