Oración a Nuestra Señora de América


Virgen de la esperanza,
Madre de los pobres,
Señora de los que peregrinan: óyenos.

Hoy te pedimos por América Latina,
el Continente que Tu visitas con los pies descalzos,
ofreciéndole la riqueza del niño que aprietas en tus brazos.
Un niño frágil, que nos hace fuertes.
Un niño pobre, que nos hace ricos.
Un niño esclavo, que nos hace libres.

Virgen de la esperanza, América despierta.
Sobre sus cerros despunta la luz de una mañana nueva
Es el día de la salvación que ya se acerca.
Sobre los pueblos que marchaban en tinieblas,
ha brillado una gran Luz.
Esa luz es el Señor que Tu nos diste,
hace mucho, en Belén, a medianoche.
Queremos caminar en la esperanza.

Madre de los pobres: hay mucha miseria entre nosotros
Falta el pan material en muchas casas.
Falta el pan de la verdad en muchas mentes.
Falta el pan del amor en muchos hombres.
Falta el Pan del Señor en muchos pueblos.
Tu conoces la pobreza y la viviste.
Danos el alma de pobres para ser felices.
Pero alivia la miseria de los cuerpos
y arranca del corazón de tantos hombres
el egoísmo que empobrece.

Señora de los que peregrinan:
Somos el Pueblo de Dios, en América Latina.
Somos la Iglesia que peregrina hacia la Pascua.

Que los Obispos tengan un corazón de padre.
Que los sacerdotes sean los amigos de Dios
para los hombres.
Que los religiosos muestren
la alegría anticipada del Reino de los Cielos.
Que los laicos sean, ante el mundo,
testigos del Señor resucitado.
Y que caminemos juntos con todos los hombres
compartiendo sus angustias y esperanzas.
Que los pueblos de América Latina
vayan avanzando hacia el progreso
por los caminos de la paz en la justicia.

Nuestra Señora de América:
ilumina nuestra esperanza,
alivia nuestra pobreza,
peregrina con nosotros hacia el Padre.
Así sea.

Siervo de Dios R.P. Eduardo F. Cardenal Pironio

1 comentarios:

pankarta dijo...

Español

Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!,
que jamás se ha oído decir
que ninguno de los que han acudido a vuestra protección,
implorando vuestra asistencia y reclamando vuestro socorro,
haya sido desamparado.
Animado por esta confianza, a Vos también acudo,
¡oh Madre, Virgen de las vírgenes!,
y gimiendo bajo el peso de mis pecados
me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana.
¡Oh Madre de Dios!, no desechéis mis súplicas,
antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente.
Amén.

Latín

Memorare, O piissima Virgo Maria, non esse auditum a saeculo,
quemquam ad tua currentem praesidia,
tua implorantem auxilia, tua petentem suffragia,
esse derelictum.
Ego tali animatus confidentia,
ad te, Virgo Virginum, Mater,
curro, ad te venio, coram te gemens peccator assisto.
Noli, Mater Verbi,
verba mea despicere; sed audi propitia et exaudi.
Amen.

Publicar un comentario

ir arriba