Palabra de vida, Palabra viva



Para el día de hoy (31/12/15) 

Evangelio según San Juan 1, 1-18






Durante siglos y siglos Dios se comunicó con su pueblo por medio de los profetas y de los Mensajeros -sus ángeles-, para que la promesa madurara como un árbol fuerte, para que su gente no quedara abandonada a su suerte. Esas palabras se guardaban con devoción en las Escrituras Sagradas, en la Palabra. 

Cuando los tiempos fueron propicios -tiempo justo, tiempo santo- ese Dios envía a su propio Hijo, que al nacer de una mujer en el pesebre de Belén se hace hijo de todos los seres humanos, Hijo del Hombre, Hijo de la humanidad, Dios con nosotros, Dios entre nosotros.

Durante ese largo peregrinar hacia la Tierra Prometida definitiva, hacia la plena liberación, ciertos hombres se volvieron intérpretes expertos de las voces proféticas y de la Palabra, apropiándose de lo que no es de ellos, y así crearon una imagen de un Dios distante e inaccesible, un Dios violentamente vengador y punitivo, un ser totalmente distinto y lejano.

Insondable misterio que rebosa ternura, pleno de asombros: con una cercanía humilde y estremecedora, Dios se ha hecho un Niño, un Bebé Santo para nuestra Salvación, Dios que se hace pariente, vecino, Hijo amado, Dios que quebranta cualquier distancia.

Dios nos habla, hoy mismo, y es menester saber oír y escuchar. Dios es Palabra de vida y Palabra viva, Dios que se expresa en nuestro presente, Verbo que se encarna en Jesucristo y acampa entre el arrabal que somos, extramuros de cualquier existencia.

Un año que comienza es, en cierto modo, un niño pequeño que se nos confía, como ese Dios que nos ha nacido. Es menester cuidarlo, protegerlo, tener paciencia, alegrarse con cada paso nuevo y no desanimarse con los tropiezos. 
Dios se hace Palabra para que recuperemos el habla, para decir la verdad, para volver a escucharnos.

Desde esa Palabra, en ansias de fidelidad y esperanza, muy feliz año nuevo para todos.

Paz y Bien



3 comentarios:

pensamiento dijo...

En aquel Niño envuelto e pañales y acostado en el pesebre, es Dios que viene a visitarnos para guiar nuestros pasos por el camino de la paz. Que la Paz de Cristo habite siempre en su corazón y reine en su familia, que este nuevo año sea de paz y gracia, para usted y su familia, ¡FELIZ AÑO NUEVO! que Dios sea siempre con usted, gracias.

Caminar dijo...

Santo y feliz año Roberto. Que el Señor te colme de Él es mi mejor deseo para ti y los tuyos en este año nuevo de la misericordia.

Salvador Pérez Alayón dijo...

Hermosa reflexión, Ricardo, y hermoso pensamiento. Navidad es cada instante de nuestra vida en el que permitimos, por la Gracia de Dios, revestirnos de su Gracia y Amor, para compartirlo con los demás.

Un feliz año 2016 lleno de paz y esperanza en el Señor. Abrazos para toda la familia.

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