Los dos hijos




Para el día de hoy (15/12/15): 

Evangelio según San Mateo 21, 28-32




La discusión entre el Maestro y los saduceos continúa en el Templo de Jerusalem. La religiosidad de esos hombres estaba revestida de gestos ampulosos, de estricta observancia de las regulaciones, en la práctica de ritos exactos, una piedad sin corazón ni misericordia que renegaba abiertamente del prójimo.
Esos hombres -sumos sacerdotes y la nobleza laica- representaban el poder religioso, económico y hasta político dentro de la nación judía: su posición privilegiada -todos ellos poseedores de importantes fortunas- era considerada una profusa bendición de su Dios por una vida virtuosa, una fé en beneficio de unos pocos, pues todo el resto fuera de ellos era objeto de su menosprecio.

En corazones y mentes así, no hay lugar para la justicia del Reino, que es la misericordia de Dios.

Es lo que el Maestro intenta hacerles entender cual es la verdadera mirada bondadosa del Padre, cual es su voluntad.

De buenas intenciones se pavimentan las carreteras que conducen a la perdición. Lo que cuenta no es la declamación, las voces vacuas y vanas. Lo que cuenta es la Palabra que se encarna y se hace vida, porque se ha escuchado con atención. Y la señal primordial es la gratitud y la bondad que se practica para con los demás, que es donde resplandece el rostro de Dios. Por eso, para escándalo y espanto de esos hombres de corazones rocosos, las prostitutas y los publicanos los preceden en el camino de la Salvación por creer, por los frutos que brindan a partir de esa fé, aún cuando hayan tenido un tiempo de negación, de rechazos, de sombras.

Aunque quizás ellos y nosotros aún no aceptemos dos cuestiones primordiales que surgen en la parábola de los dos hijos: que siempre hay tiempo para el regreso, porque un Dios que es Padre siempre nos aguarda ansioso y feliz con la vuelta al hogar.
Y por sobre todo, que todos -buenos y malos, justos y pecadores- somos por Cristo, sus hijos amados.

Paz y Bien

1 comentarios:

pensamiento dijo...

Gracias.

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