La ofrenda diaria




Para el día de hoy (26/05/15):  

Evangelio según San Marcos 10, 28-31



El ministerio de Cristo alcanza su plenitud en la cruz, acto supremo de amor en libertad. Así, vivir la Buena Noticia implica también un cierto morir a sí mismo para que el hermano viva, en santa sintonía de servicio, de donación de la existencia.

Ciertas riquezas son espúreas, producto falaz de la acumulación, y a veces también de la especulación religiosa, la espiritualidad del trueque de acciones piadosas a cambio de favores divinos. 
Pero la vid verdadera, ésa de destino cierto de vino bueno, reivindica y agradece la poda, porque esa poda permite que crezcan cosas nuevas, que las ramas no se atrofien, que circule impetuosa la savia vital.

Somos pequeñísimos, ínfimos, apenas un grano de arena en la playa. En la lógica del mundo, se crece cuanto más se posee.
En la ilógica del Reino, en la dinámica de la Gracia, el ser se define y expande por el dar incondicionalmente, con el empuje manso del servicio.

En ofrenda diaria transformamos el mundo pues ante todo permitimos que la Gracia de Dios nos transforme en santidad, haciendo de la propia existencia don inagotable de frutos incalculables.

Es imprescindible ir dejando lo que sobra, lo que retiene, lo que nos detiene el andar y el seguimiento de Cristo.

Paz y Bien

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