Los que no se resignan




Para el día de hoy (30/05/13):  
Evangelio según San Marcos 10, 46-52




(Entre nosotros, a la vera de nuestros caminos, hay muchos Bartimeos condenados a aguantar en silencio y sin quejarse su dolor y su condición de marginalidad. Así también esa exclusión suele justificarse con diversos motivos morales, sociológicos, económicos, políticos y hasta religiosos, y seguramente con extensos análisis y profusos razonamientos.

Todo ello en realidad expresa que los ciegos no son los Bartimeos, sino los que pretenden acallar los gritos de los dolientes, de los que han quedado al costado de la vida por el motivo que fuere. Sociedades y sistemas enteros ciegos de cualquier justicia.

Alabado sea Dios por todos esos Bartimeos que no se resignan y que gritan a voz en cuello sus ganas de vivir, aún cuando almas mezquinas intenten severos silencios impuestos. Benditos sean los Bartimeos que a tantos molestan con sus gritos crecientes.

El Dios de la Vida está siempre allí en donde ellos se encuentran, el Dios de Jesús de Nazareth alza su voz con ellos, el Dios Abba desoye las reprensiones de ciertas gentes puntillosas y se pone al servicio de ellos, una comunión asombrosa en la perspectiva de la cruz de Jesús Servidor.

Puede suceder que esos Bartimeos no tengan precisión en sus decires o exactitud en su ortodoxia; así como en el Evangelio de Marcos el Bartimeo de ese entonces clamaba a Cristo como Hijo de David -un título que a Jesús no le gustaba para nada-, esas tonalidades tal vez grises no son óbice para ese Maestro que se acerca y se abre paso a través de los muros estrechos de los que nos creemos pulcros y dicentes permitidos.

Hemos de suplicar el poder ver, con confianza y esperanza, para que cada vez haya menos Bartimeos olvidados a la vera de la existencia)

Paz y Bien


0 comentarios:

Publicar un comentario

ir arriba