Luz de los pueblos

Para el día de hoy (07/01/11)
Evangelio según San Mateo 4, 12-17.23-25

(Al Maestro le había llegado la noticia de que Juan el Bautista estaba en las prisiones de Herodes. Sin dudas, su voz valiente que alentaba a convertirse por la inminencia de la llegada del Reino de Dios se había vuelto demasiado peligrosa.
Al saber esto, Jesús se retira a Galilea y se instala en Cafarnaúm; desde allí comienza su misión y su predicación del Reino.

Galilea de los gentiles, refería el profeta Isaías, y era mucho más que ello.
La Galilea de aquel entonces era considerada como de poca valía, tan heterodoxa que se acercaba a la herejía y, especialmente, marginal.

Desde allí, desde los bordes, fuera del templo y el palacio, desoyendo toda lógica de poder, Jesús comienza a desarrollar el proyecto de salvación de Abbá.
No se queda quieto, no se instala cómodamente en una casa a la vera del lago: Él personalmente vá a las gentes, sale al encuentro, busca los sitios en donde la comunidad se reúne y lleva encendida una antorcha de misericordia y compasión.
Quizás por ello, todos los enfermos que eran llevados a su presencia eran curados. El restablecimiento de la salud -entendida en su sentido más profundo, más integral, más pleno- será de allí en adelante señal certera de la presencia del Reino entre nosotros.

La luz brilla en las tinieblas y se cumplen las promesas de varios siglos hechas al viejo pastor de Ur, Abraham del desierto: desde él, se bendecirían todas las naciones de la tierra.
Debe ser porque el Reino acontece en templos y palacios de los opresores, sino más bien florece allí en donde sucede la liberación, la vida, la salud.

Desde las pequeñas ciudades hasta las grandes urbes, dondequiera que estemos, nuestras comunidades tienen ese mandato increíble: ser luz de los pueblos, es decir, salir al encuentro del oprimido, del caído, del marginal, del enfermo, sin distingos ni condiciones, haciendo que suceda ese Reino de amor y misericordia ofrecido entrañablemente desde el corazón del mismo Dios.)

Paz y Bien

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Amen y amen.
Un gran abrazo

Unknown dijo...

¿Puede algo bueno salir de Galilea?
Gracias a Dios... ¡a cada instante!

Que tampoco este año falten tus de todos los días
Un abrazo en el Amigo
al + mc

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Querido Claudio, que nos volvamos luz aún cuando tengamos nuestras propias sombras
Un abrazo grande
Paz y Bien
Ricardo

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Hermano, que juntos descubramos a lo maravilloso, a ese Salvador impensado que surge a cada instante de los lugares menos esperados
Que tengas un año manso y fecundo
Un abrazo
Paz y Bien
Ricardo

Publicar un comentario

ir arriba