Kairos

Para el día de hoy (10/01/11):
Evangelio según San Marcos 1, 14-20

(Jesús es el que por toda la historia ha sabido leer con total certeza los signos de los tiempos. Por esa causa, no es azaroso que al enterarse de la detención del Bautista en las mazmorras herodianas, decida emprender la marcha hacia Galilea y desde allí, comenzar a proclamar la Buena Noticia.

La historia está grávida de vida nueva, ya no hay que esperar más.
Ha llegado el momento, se han cumplido los plazos, el fruto está maduro: es el tiempo de Dios -Kairós- un tiempo nuevo y bueno que supera infinitamente la sujección de la humanidad a la tiranía del Chronos de la razón y el discurrir de las horas.

Kairós de Gracia y Misericordia, tiempo de Dios y el hombre que se teje en la historia, Buena Noticia que no sólo proviene de Dios sino que expresa a Dios mismo entre nosotros.

Kairós Jesús, Verbo Eterno que se hace hombre, palabra hecha carne, vida que germina en la historia, en la cultura, en la sociedad, en todos los ámbitos de la existencia humana y la creación.

Kairós de un Dios que defiende a los pobres y expresa esas ansias de estar con el caído, con el que está al margen de todo, con el cautivo de sus miserias, con el oprimido que clama liberación, con el enfermo abandonado, con el sometido por la injusticia.

Extraño tiempo que escapa a palacios, templos y poderes: se trata de amor y ternura, de vida que se nos descubre sagrada, de templos vivos y latientes, de pescadores cuya misión será la de mantener con vida en esas redes de caridad a tantos peces pequeños a la deriva.

Como Jesús, encendidos del Espíritu, hemos de descubrir a ese tiempo Bueno y Nuevo.
A través de los siglos -hoy mismo- nos han surgido en estos desiertos muchos Juanes de la conversión y la entereza, Bautistas que dan aviso del que está por llegar y que no vacilan en denunciar todo lo que es ajeno a la vida, es decir, a Dios mismo, mujeres y hombres de voz clara y profética que han dejado su sangre como señal de ese amor mayor.

Aún en la gravedad y el dolor, en la tristeza y la aparente derrota, nuestros Bautistas con sus martirios engendran vidas multiplicadas, signos ciertos y eficaces del tiempo de la Gracia y la Misericordia, Kairós en perpetuo presente, Dios entre nosotros y nosotros en Dios)

Paz y Bien

1 comentarios:

Anónimo dijo...

AGRADESCO QUE COMPARTAS LO QUE ACAVO DE LEER

DIOS NOSOTROS EN DIOS

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