Para el día de hoy (18/01/11):
Evangelio según San Marcos 2, 23-28
(Jesús revela un rostro maravilloso de un Dios que es Padre y Madre, que ama infinitamente a todas sus hijas e hijos por igual, y que no quiere menos que la plenitud, la vida en abundancia para todos y cada uno de ellos.
De allí se desprende una rama frutal más que una lógica: todo debe estar orientado a ese sueño tan real de felicidad.
Quizás, el comienzo pase por el sustento mismo: no hay ley ni norma que pueda anteponerse a las necesidades primarias de tantos que sufren la miseria y el hambre. El aferrarse a cánones que prolongan esas cadenas intolerables, bajo cualquier justificativos -hasta razones pretendidamente divinas- son ajenas al proyecto de Dios, eso que Jesús nos ofrece y llama el Reino.
Así también, en todos los aspectos de la existencia: leyes, ordenanzas y preceptos que sojuzguen las almas y no sean caminos de liberación y plenitud, deberían ser para nosotros una señal de alarma, un llamado de atención, un poner en atención el alma para no caer en la banalidad, la costumbre malsana y la comodidad.
Esas críticas despiadadas hacia el Maestro y sus amigos, por frotar entre sus manos esas doradas espigas para acallar el hambre eran verdaderamente blasfemas y, si se quiere, ilegales.
Con la sencillez de espigas brillando al sol, Jesús nos revela con ello que toda vida es sagrada y que como tal debe ser cuidada, protegida y respetada)
Paz y Bien
Granito de arena de Esperanza...Viernes de Pasión
Hace 11 horas.
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