Para el día de hoy (22/01/11):
Evangelio según San Marcos 3, 20-21
(Las cosas iban de mal en peor: cada vez más gente lo buscaba, se amontonaba allí donde fuera.
Él había dejado su querencia nazarena, y se había afincado en Cafarnaúm, quizás porque siempre es bueno tener un pequeño refugio hacia donde volver, una casa en la que pensar cuando se está lejos. De regreso a ese hogar nuevo, la muchedumbre se entera de su presencia y se agolpa a las puertas de su casa, tal es su necesidad desbordaba, su hambre de vida nueva... a tal punto de no permitirle a Él y a sus amigos siquiera sentarse a comer.
Sin embargo, no todo reluce. Seguramente abriéndose paso a empujones, llegan sus parientes: se lo quieren llevar de regreso a Nazareth, es un exaltado, un anormal, un loco, está fuera de sí... Este conflicto debe haber calado hondo en su corazón y en el de María, un dolor profundo y prolongado.
Hay cierta conexidad entre el rechazo de escribas y fariseos y el repudio de sus parientes: este galileo está muy por fuera de los esquemas preadjudicados al Mesías de Israel, al Salvador, al Rey de los judíos. Esto -traducido en la mentalidad de sus paisanos- implica sentir vergüenza por la altísima exposición pública de ese artesano hijo de María y José, un don nadie galileo a quien el acento traiciona, alguien a quien vieron crecer y hacerse hombre en la polvorienta aldea... No era normal, no podía ser, ¿qué se cree, quién se cree?.
Afortunadamente, el Espíritu sigue suscitando a cada minuto anormales como Él, ignotas hijas e hijos de Dios que rompen cualquier molde pre impuesto, locos capaces de abandonar todo por servir a sus hermanos, exaltados solidarios que se atreven a todo riesgo y lloran en silencio su dolor, aún el rechazo de los más cercanos, maravillosos amigos del Maestro que atraviesan toda frontera para que no haya más afuera y adentro, que impulsan el más allá de las limitaciones de la biología, la cultura y la raza para que la familia sea ligazón espiritual y crezca cada vez más.
Esa familia que a menudo y sin saberlo, solemos llamar Iglesia)
Paz y Bien
Fredy...
Hace 53 minutos.
2 comentarios:
Los primeros "anormales" de Jesús perecieron como mártires quizás nosotros solo tengamos que morir a nuestro egoísmo, y a esta sociedad consumista e indiferente, y marcar diferencias que nos permitan dejar que vean a Jesús.
Mi querido Amigo que el Espíritu Santo nos ayude a dejar pasar Su luz.
Un abrazo.
Paz y Bien.
Alicia, quiera Dios volvernos decididamente anormales y traslúcidos a su Luz infinita
Abrazo grande
Paz y Bien
Ricardo
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