Para el día de hoy (28/01/11):
Evangelio según San Marcos 4, 26-34
(Muchos de los coetáneos de este presente tan tecnológico y veloz, somos generalmente hijos de las grandes urbes, raíces extendidas en el cemento; de allí que, si bien podamos tener un acercamiento estrictamente racional a las parábolas de Jesús, en el caso de hoy -cuestiones de sembradores y semillas- se nos pueden llegar a hacer cosas muy lejanas o ajenas y como tales, algo complicadas en cuanto a lo vivencial.
Sin embargo, hay más -siempre hay más, nunca hay que ceder ni un ápice en nuestra esperanza- y tal vez podamos oír y escuchar nuevamente al Maestro en su enseñanza, para beber su Palabra y transformarnos.
La vida a la que se nos invita -don y misión- tiene una certeza campesina, de profunda comprensión, confianza y esperanza en las bondades de la tierra y en la fuerza de la semilla.
No es una cuestión de plazos exactos.
El campesino sabe que hay tiempos para cada semilla, que sucederá algo maravilloso -en humildad y silencio- al abrigo de los pliegues de la tierra buena. Que luego asomará sin hacer ruido un pequeño brote, yuyito fértil y verde en promesa de espiga que irá creciendo, luego tallo aparentemente insignificante de tan escasos, y que sin embargo le vá anunciando un futuro de espigas y pan.
Hay todo un misterio y un hecho asombroso que excede largamente sesudas explicitaciones científicas; éstas explican sin dudas el cómo, más es improbable que puedan expedirse en cuanto al porqué y a los motivos primeros de esa mínima semilla que será espiga, trigo y pan.
Es toda una invitación a la sencillez y a que se vuelva renuevo nuestra esperanza.
Porque con las cosas de ese Reino por el que suplicamos a diario su venida, sucede lo mismo: más allá de toda lógica, hay que confiar en la bondad de esta tierra caminante que somos y en la fuerza imparable de esa pequeña semilla que portamos al abrigo de nuestros corazones.
Con dedicación y esmero, indefectiblemente nos espera un destino de trigo y pan, pan compartido y abundante para todos, pan de sustento y de vida infinita)
Paz y Bien
Fredy...
Hace 1 hora.
2 comentarios:
El campesino tiene una fe sencilla, depende mucho de Dios sin mucha teología.
Reza y confía esperando que Dios le envíe buena lluvia para bendecir su sembrado.
Amigo que Tata Dios te bendiga!
Quiera el tata Dios quitarnos toda cizaña que nos impida los buenos rayos de su sol
Abrazo grande
Paz y Bien
Ricardo
Publicar un comentario