Signos sencillos para la Vida Eterna


Para el día de hoy (16/08/09):
Evangelio según San Juan 6, 51-59

(¡Alabado sea Dios!
Siendo el Todopoderoso, infinito y eterno, se ha hecho uno de nosotros, uno como nosotros.
No ha querido ser un Mesías revestido de poder y realeza humanas; antes bien, prefirió ser un frágil Niño en brazos de su Madre.
-Por eso mismo lo rechazaban y lo niegan... en los limitados términos humanos no cabe pensar en un Dios de manos callosas, en un Dios hermano del hombre que trabaja en silencio como carpintero-

¡Alabado sea Dios!
Porque para nuestra Salvación ha preferido signos sencillos y eficaces, comprensibles a nuestras mentes acotadas, cosas sencillas de la vida diaria.
El pan que es el sustento cotidiano.
El vino que impulsa a la alegría.

El Maestro se ha hecho algo tan simple como un pan... Pero un pan vivo, un Pan que colmará el hambre de vida eterna y plena de sus hermanas y hermanos, hombres y mujeres.
Y no le bastó, claro que no: Él se ha entregado en totalidad, hasta su sangre ha dado, sangre transformada en vino de la alegría perpetua.
No se reservó nada para sí, ha dado todo, su vida para nuestra Salvación.

Se alegran los pequeños, y el mundo queda confundido, atrapado en sus estructuras de orgullo y soberbia.

Y se alegrarán más los pequeños cuando el pan y el vino se comparten, y cuando nosotros mismos nos hacemos pan y vino para el hermano.
Fiesta en el cielo, milagro del compartir la vida que se nos ha dado, acción de gracias para toda la humanidad.)

Paz y Bien

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