Fieles Difuntos: peregrinos hacia un cielo que hoy mismo vislumbramos













Fieles Difuntos

Para el día de hoy (02/11/18): 

Evangelio según San Lucas 24, 1-8







Hoy es un día de memoria, de recuerdo de los que no están, de ausencias muy presentes. Nostalgias y tristezas que suelen mascarse en silencio.

En numerosas culturas se tienden a acentuar y hasta exacerbar los ritos mortuorios, intensificando el luto y quizás el dolor, a lo que se debe añadir un comercio instalado, pues la muerte también tiene su costo.

Frente a la muerte los sentimientos se agolpan, y se agravan cuando ésta sobrevino por la violencia, por la injusticia, por la pobreza. Pero en cualquier caso la muerte nos hace tambalear todas las seguridades, tal vez porque nos enfrentamos al abismo de la propia finitud. Desconsuelo y desconcierto, y a veces lógica resignación.

Pero ¿quién no daría su vida por un momento compartido nuevamente con un ser querido que ha partido?

Es usual suplicar y desear que los que se han ido descansen en paz. Sin embargo, sabemos bien que muchos que hemos conocido, están vivos y felizmente inquietos en los brazos de Dios, unidos a nosotros en la plegaria milagrosa de la comunión filial.

Como esas mujeres, frente a la muerte nos preparamos a celebrar los ritos preestablecidos. Pero siempre hay un alba en esa noche cerrada del dolor y la tristeza, el alba de la fé.

La Resurrección de Cristo nos quita las mortajas del alma, nos reviste de esperanza, nos confiere la serena confianza de que el horizonte es otro, el de la vida sin final, el de la vida eterna, el del reencuentro final.
Por Él, con Él y en Él todos venceremos a la muerte, todos resucitaremos, y por ello hemos de celebrar ritos de recuerdo y gratitud por la gracia inmensa y la huella bondadosa que han dejado tantos que nos precedieron en el camino de la vida terrenal, peregrinos de un cielo que hoy mismo vislumbramos.

Paz y Bien


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