Magnificat, el maravilloso riesgo de creer


Para el día de hoy (22/12/12):  
Evangelio según San Lucas 1, 46-55

(Con la oración de María de Nazareth, el Magnificat, siempre corremos el riesgo de desencarnarla, de volverla abstracta, de intentar -a veces con notoria torpeza- eliminar su perfume de profecía y liberación.

Objetivamente, podemos aseverar que la escena se compone de una muchachita judía de aldea campesina, con un embarazo sospechoso en ciernes, hablando de Dios y de la historia en un poblado montañoso de Judá.

Es una joven creyente que ha descubierto el magnífico hecho del paso de Dios en su vida, de un Dios que la ha transformado, de un Dios que no es un juez severo ni un verdugo eficaz. El Dios de María de Nazareth es un Dios que ama, y que especialmente ama a los pequeños.

Esa muchacha, por atreverse a creer y descubrir el amor de Dios en su pequeñez -ella es mínima, invisible-, se vuelve capaz de leer toda la historia.
Por ello afirma sin ambages que Dios es misericordia, que Dios siempre cumple sus promesas, que Dios es alegría de los humildes y pequeños, que Dios ama la justicia, que derriba a los poderosos, que exalta a los humildes, que se pone abiertamente del lado de los que sufren, de los que no cuentan, de los humillados.

No es una expresión de deseos ni una lectura ideológica.
María expresa desde las honduras de su corazón el paso liberador a través de toda la historia humana, y anticipa en profecía la llegada de ese Hijo que se le crece en su seno, el que traerá la Pascua definitiva)

Paz y Bien

2 comentarios:

eligelavida dijo...

El divino Niño nacido en Belén lleva en sus pequeñas manos, como un don, el secreto de la paz para la humanidad. ¡Feliz Navidad para todos los amigos de este blog!

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Gracias, Eligelavida
Que el Hijo de María de Nazareth -hermano y Señor nuestro- encuentre contigo y entre los suyos un sitio cálido para nacer
Un abrazo grande y felicidades
Paz y Bien
Ricardo

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