Los templos fundamentales


Para el día de hoy (09/11/12):  
Evangelio según San Juan 2, 13-22
(Es una escena de contemplación dificultosa, pues no solemos ver al Maestro en una actitud tan brava y encendida. Pero previamente, es mejor hacernos una escena de lo que sucedía por aquel entonces en y con el Templo de Jerusalem.

Ese Templo inmenso y magnífico era el centro universal de la fé judía y también parte crucial de su identidad nacional; a la vez, era el punto de encuentro entre Israel y su Dios.
Pero también hay otra cuestión menos evidente pero decisiva: la espiritualidad de Israel devino en el cumplimiento estricto de normas y preceptos -248 positivos y 365 negativos-, lo que implicaba que la fé se fundamentaba en la acumulación de méritos piadosos para obtener los favores divinos. En cierto modo, es una espiritualidad de trueque, que intercambia piedad por bendiciones, y es lo totalmente opuesto al tiempo de la Gracia, de lo gratuito, de la bondad, del amor.
De ese ánimo de trueque, se justificaba razonablemente la existencia de cambistas en los atrios por la afluencia de judíos de la Diáspora que se llegaban a Jerusalem con dinero de otros sitios, dinero inútil a la hora de cumplir con el diezmo. También estaban los mercaderes de animales -bueyes, corderos, palomas, pájaros pequeños para los pobres- que los vendían para los holocaustos que ofrecían los sacerdotes en homenaje a su Dios. Todo se había convertido en un pingüe negocio a partir de los corazones creyentes.
Y otra cuestión clave, es que los responsables de esos negocios eran también parte del Sanedrín.

Cuando el Maestro expulsa a cambistas y espanta a manadas de animales se gana también el furor de aquellos que se enriquecían con esos negociados, y ello también sería decisivo a la hora de su condena, de su Pasión.

Todo lo que Jesús de Nazareth expresa con sus gestos y palabras es contundente y revolucionario: el punto de encuentro entre Dios y el hombre será cada corazón, templo latiente del Dios de la Vida.
Dios ya no se encontrará en el Templo, sino que se lo encontrará cada vez que las gentes busquen a Jesús.

Por ello mismo, aunque tengamos templos hermosos, enormes y reverenciados, templos que son producto de la fé, aún frente a la basílica mayor hay otros templos más importantes y santos: cada mujer y cada hombre, templos vivos de ese Dios que nos ama entrañablemente.

Aún cuando sea piedra de escándalo, desde el Maestro cada vida humana es sagrada y es más importante que toda la belleza y la piedad acumulada en esos edificios benditos.

Porque es el tiempo santo de la Encarnación, kairos de Dios y el hombre, Año infinito de la Gracia y la Misericordia)

Paz y Bien

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