Declamar y proclamar

Para el día de hoy (21/05/12):
Evangelio según San Juan 16, 29-33

(Ellos estaban más que satisfechos. A pesar de que el Maestro les estaba hablando desde el fondo de su alma con tono de partida, anunciándoles su Pasión y su partida, tenían una actitud peligrosa: se sentían satisfechos.

Declaman saber todo acerca de Dios y de Jesús, porque han escuchado algunas cosas que les agradan y convienen, y por eso mismo dejan de lado el profundo significado de la cruz, mareados por esa euforia de la exclusividad que todo lo puede, que se cree por sobre los demás.

Pero el Maestro conoce como nadie los corazones, y sabe que todos ellos se dispersarán sin vacilar frente a la noche oscura de la Pasión, abandonándolo con la misma rapidez con la que afirman conocerlo.

Pero Jesús, aún en la cima del espanto, nunca estará solo. El Padre y Él están identificados tan plenamente que quien vé a uno vé al otro.

Por eso mismo, su Palabra siempre es presente. Con estas certezas vanas a cuesta, fruto de la conformidad y a menudo del miedo, es imperioso volver a creer desde las entrañas y no tanto desde la razón.
Porque creemos en Alguien más que en algo.

Entonces sí podremos abandonar esas declamaciones estériles, y proclamar el Reino desde el silencio, con cada gesto, en cada palpitar de un corazón hambriento de paz y justicia.

No hay lugar para el temor, no estamos solos)

Paz y Bien

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