La vida eucarística


Él nos espera para acoger todas nuestras cargas, para consolarnos, para ayudarnos como el más fiel y siempre amigo.
Igualmente Él nos permite vivir su vida, especialmente cuando nos asociamos a la Liturgia y ahí experimentamos su vida, su pasión y muerte, su resurrección y ascensión, y el devenir y crecer de su Iglesia. Entonces seremos elevados de la pequeñez de nuestro ser a la grandeza del reino de Dios; sus asuntos serán nuestros asuntos y cada vez más profundamente estaremos unidos con el Señor y en Él con todos los suyos. Toda soledad desaparece y estamos incontestablemente escondidos en la Tierra del Rey, caminando en su luz.

Santa Teresa Benedicta de la Cruz OCD (Edith Stein) - Mártir

Paz y Bien

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