Reina Madre




La Santísima Virgen María, Reina

Para el día de hoy (22/08/15):  


Evangelio según San Lucas 1, 26-38




La piedad popular y el afecto le brindan habitualmente a María de Nazareth rutilantes vestidos, coronas refulgentes, joyas que la ornan. Más allá de cualquier especulación válida, no hay que olvidar que los amores sinceros siempre valen.

Pero la realidad es que la realeza y los lujos están bien lejos de María de Nazareth.
Muchachita judía de aldea ignota y polvorienta, en la Galilea de la periferia siempre sospechosa.
Ella es pequeñísima, casi invisible. Pero un Dios enamorado la elige para que sea la Madre de su Hijo -su propia Madre- en una ilógica extraña que será también signo feliz de un tiempo nuevo de Buenas Noticias.

Es asombroso el trato que le dispensa el Mensajero. Se dirige a ella con sumo respeto, pidiéndole permiso, y el universo entero está pendiente de sus labios.
Su Sí! inmenso y confiado transformará la historia, como se transforma su misma existencia de raíz, haciéndola nueva, plena, feliz, vida en ciernes que puja sin descanso.

El Dios de la vida sale al rescate de su pueblo. La vida se abre paso desde los pequeños, desde los que no cuentan.

María de Nazareth será Madre, será hermana, será discípula, todo en la santa mixtura de la fé y el amor infinito de Dios.

Madre del Redentor, fiel hasta siempre, amada sin medida y por toda la eternidad por ese amor que se hace vida nueva al calor de su seno.

Reina por la Gracia, Reina por el Hijo, alba perfumada y humilde de una nueva humanidad, María es la estrella de la Salvación que destella en medio de cielos nublados, de tiempos oscuros, cuando el día parece que nunca llega, porque todo es posible para los que creen.

Reina Madre, ruega por nosotros.

Paz y Bien

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