Dichosa entre todos y todos dichosos en Ella




La Asunción de la Virgen María

Para el día de hoy (15/08/15):  

Evangelio según San Lucas 1, 39-56




Ella reconoce en sí misma, en las profundidades de su ser, en su cuerpo transformado de niña a madre las maravillas que Dios ha hecho en Ella, que se sabe pequeñisima. Su Dios no es una idea abstracta ni un juez severo. Anticipando la enseñanza de ese Hijo que tendrá -Hijo de las esperanzas de tantos-, canta fervorosa la Buena Noticia de la misericordia de Dios que se extiende y extenderá de generación en generación.

El Dios de María de Nazareth es un Dios que siempre toma cartas en los asuntos de los hombres, en las cosas de sus hijos. Un Dios totalmente parcial con los pobres y desvalidos. Un Dios que exalta a los humildes. Un Dios que restaura a los caídos y libera a los oprimidos y que, llegado el caso, también derriba a los poderosos de sus tronos. Un Dios que es causa de todas las alegrías y las esperanzas de los pequeños. Un Dios que siempre cumple con sus promesas.

Ella experimenta la presencia real de ese Dios en su mente, en su corazón , en su cuerpo, alegría en todo su ser.
Con Ella y con lágrimas esperanzadas, volvemos a cantarle a ese magnífico Dios -Magnificat!- que no se olvida de los suyos, y que lleva a su amor al extremo a través de esa muchachita judía de aldea ignota, la que se convertirá en Madre del Salvador, la Encarnación que inaugura el tiempo santo de Dios y el hombre, Dios con nosotros.

María de Nazareth, en la pequeñez de su persona, ha vivido toda la bondad y los dones de Dios. Llena de gracia y plena de amor, no se calla ni se guarda nada, entrega todo para que la luz se expanda.

La Asunción es a la vez culminación de una vida terrena plena e inicio de la totalidad eterna: llena de Gracia, inaugura la primacía en su propio cuerpo de la Resurrección del Hijo.
Llena de Gracia. Resucitada.

Feliz por siempre, dichosa entre todos por permitir que la Gracia de Dios la transforme y conduzca a la plenitud del amor de Dios.
Y dichosos todos nosotros porque ella es Madre, hermana, amiga fiel que es estrella guía y puerto seguro para las frágiles barcas de nuestras existencias. Somos dichosos en Ella porque la descubrimos signo cierto de futuro feliz, un comienzo que comienza aquí y ahora.

Paz y Bien

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