La esperanza y los nuevos paganos

Para el día de hoy (12/03/12):
Evangelio según San Lucas 4, 24-30

(Jesús llega a su patria chica, a su querencia, es el pueblo que lo ha visto crecer, que lo conoce desde niño y conoce a su familia. Seguramente el regresa a enseñar con los afectos despiertos, con esas ganas de que a su gente le llegue esa Buena Noticia que viene anunciando por donde quiera que vaya.

Pero sus paisanos están muy equivocados, y los esfuerzos del Maestro caerán en saco roto. Ellos creen conocerlo bien, lo suponen propio y exclusivo y de su misma mentalidad, les provoca enojo grave que no piense al igual que ellos al hablar de esa manera novedosa y extraña.

Es que Jesús, el de Nazareth -el hijo de María- ahora está encendido por el Espíritu, el Espíritu que lo sostiene, lo anima y lo impulsa. Él reinterpreta su historia, la historia de su pueblo y las Escrituras en clave de esperanza increíble, con ese fuego que no se apaga.
Es el compromiso del profeta, que no puede ni debe callar lo que es capaz de ver, esa verdad que ilumina sus pasos. No nos es desconocida esta situación, por más que nos tiente la espectacularidad: nos cuesta horrores aceptar que el que conocemos, el vecino, el pariente, el amigo pueda hablar con la fuerza y la claridad de las mujeres y los hombres de Dios, profetisas y profetas de nuestros días.

El Dios de Jesús de Nazareth es un Dios inesperado y escandaloso, un Dios que sus limitadas razones no aceptan, un Dios que ama a los excluidos, que se expresa de manera impensada, que exhibe compasión y misericordia a enemigos, allí en donde suponemos que no ha de encontrarse, en corazones paganos, en casa de extranjeros.
Eso enciende sus furias, y tratarán de asesinarlo, despeñándolo de un barranco, como a menudo con animosidad quirúrgica pretendemos extirpar lo distinto, lo ajeno, lo que está más allá de nuestra ideología y nuestra cómoda rutina.

Pero la Buena Noticia es, precisamente, novedad perpetua, y alegremente el Dios de la Vida seguirá suscitándonos nuevos profetas barriales y floreciendo compasión y socorro allí en donde suponemos que nada bueno sucederá.
Puede ser que reaccionemos con violencia, y con afanes de pertenencia y exclusividad; pero sucederá igual que aquel día en Nazareth, Jesús seguirá pasando por en medio de nuestros ímpetus de cercenar toda luz que se despierte más allá de nuestros templos.
La Buena Noticia no puede detenerse)

Paz y Bien


2 comentarios:

Igashu dijo...

Ricardo amado hermano en Cristo, te mando mi abrazo, y gracias te doy por ser el instrumento del Espiritu Santo, de Cristo nuestro Señor, siempre tan acertado en la explicacion. Que Dios te bendiga siempre.

Pedro

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Hermano, gracias por tus palabras fraternas y te ruego disculpes mi demora en responderte.
Que el Dios te la Vida te acompañe en cada instante
Paz y Bien
Ricardo

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