Los surcos de la Palabra

Para el día de hoy (25/12/11):
Evangelio según San Juan 1, 1-18

(Es el misterio del universo y más lo que se nos revela hoy.
Se trata de aquella Palabra por la que las demás palabras sean secundarias.
Es la Palabra creadora del cosmos, Palabra que otorga y transmite la vida por esencia de amor, Palabra que no reserva nada para sí.

De esa Palabra dependen y se subordinan todas las otras palabras.
Y la revelación mayor es que esa Palabra Divina se ha hecho una persona, uno de nosotros, Jesús de Nazareth. Creemos en una palabra que es Persona, Jesús de Nazareth, y ello define nuestra existencia: nos atrevemos a decir que ello es más decisivo que libros santos, religiones, creencias y piedad. Todo depende de la Palabra, todo depende de Jesús de Nazareth, todo encuentra en Él su centro y su sentido.

Más aún: al ser la creación producto del amor de esa Palabra Divina, toda vida entonces deviene sagrada, única, santa.

En el transcurrir de la historia, hemos enmudecido, pues nos hemos ahogado con asiduidad en una multiplicidad de palabras menores sin sentido. Y al no escucharnos ni entendernos, nos sumimos en las sombras, en las tinieblas de la muerte cotidiana.

Esa Palabra es una Palabra inquieta, tenaz, obstinada: todo aquello que amorosamente ha creado no lo ha dejado abandonado a su suerte, ni a la ventura azarosa de sus miserias.

Por ello la Palabra ha venido a nuestro rescate, para que recuperemos el habla, para que nadie más quede sumido en el silencio ni en la mudez de la soledad impuesta.

El Dios del Universo abre los surcos en donde se sembrará la semilla de la Salvación, en el seno puro de una muchacha judía pequeña de corazón enorme.
La Encarnación es la reafirmación de la sacralidad de la vida, y del amor infinito de ese Dios que no nos abandona, un Dios que asume nuestra condición limitada, nuestra fragilidad.

En los brazos firmes y humildes del carpintero nazareno, en el pecho bondadoso de muchacha y madre, llora y se duerme nuestro Dios, rey extraño con cueva de bestias por palacio y ternura de padres por trono, en un lugar en donde razonablemente nadie buscaría.

Quizás debamos ir precisamente allí, a esos sitios marginales, en donde la vida se amanece en plena noche quebradiza y a punto de perecer, y que sin embargo persiste por la fuerza imparable del amor.

Él está entre nosotros, y es la mejor de las noticias.
Feliz Navidad, y que Dios nos nazca y se acune en nuestros brazos)

Paz y Bien

4 comentarios:

Angelo dijo...

Que la luz de Cristo , nos ayude a llevarlo a todos los rincones del mundo. Feliz Navidad

Marian dijo...

¡Feliz y muy santa Navidad!!!!
En el silencio de nuestro corazón adoremos
al AMOR.¡ GLORIA A DIOS EN LAS ALTURAS.
Un abrazo en XTO Jesús.
Dios le bendiga.

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Angelo, hermano que Dios colme de su paz y su ternura a tí y a tu familia. Muchas felicidades!
Un abrazo grande
Paz y Bien
Ricardo

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Querida Marian, desde este silencio en común, silencio profundo y de oración que supera toda distancia, celebremos juntos la Gloria de Dios que nos regala la paz en ese Niño Santo.
Muchas felicidades para tí y tu familia, y seguiremos peregrinando juntos en estos senderos de fé y comunión.
Un abrazo grande
Paz y Bien
Ricardo

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