Cristo ha vencido al mundo

















Para el día de hoy (25/05/20):  


Evangelio según San Juan 16, 29-33








Las palabras del Maestro en esa Última Cena terrena con los discípulos son palabras de despedida pero también de fortaleza y confianza. De un modo asombroso, ese Hombre que está a punto de morir ejecutado como el peor de los criminales, abandonado por los suyos, despreciado por la mayoría, se preocupa y ocupa de los suyos, porque sabe lo que les espera en breve.
Ellos no terminan de comprender ni aceptar el sacrificio inmenso que su Maestro realizará en esa cruz de dolores, y quedarán sumidos en el miedo y el desconcierto, demolidos de soledad.

Aún con todo lo que se cierne en el horizonte inmediato, sus Palabras son semillas que quedan en sus corazones y que germinarán paz, esperanza y fortaleza para siempre y especialmente en los tiempos duros.

Él ha vencido al mundo. 

Vencer al mundo significa no ser esclavo del poder ni amigo de los poderosos que oprimen a tantos, y más aún, entender que hay un sólo poder, el servicio generoso y desinteresado, aquél que reconoce en el otro a un hermano.

Vencer al mundo implica derrotar a cualquier egoísmo y soberbia.

Vencer al mundo significa respirar compasión y misericordia.

Vencer al mundo es desfallecer de hambre y sed de justicia.

Vencer al mundo es amar con todo y a pesar de todo, aún cuando ese amor no sea correspondido.

Vencer al mundo, en la ilógica del Reino, no tiene por consecuencia gloria ni fama ni tampoco la humillación de la derrota para los enemigos. 
Porque la única vida que ha de perderse es la propia, en ofrenda para el hermano.

Paz y Bien

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