Perder el centro




Para el día de hoy (06/02/16): 

Evangelio según San Marcos 6, 30-34




Los apóstoles regresaban donde el Maestro fervorosos, encendidos como nunca pues todo les ha salido bien, y así se pierden en las vanidades del éxito. No han comprendido el profundo sentido de la misión que el Maestro les ha encomendado. Ellos han sanado, han expulsado demonios, han anunciado la Buena Noticia, pero por primera vez enseñan. 
La enseñanza sólo le corresponde al Maestro, y ellos se arrogan un derecho de magisterio aunque no hablarán de Cristo. Solamente enseñarán, en tren de perpetuarlas, las viejas ideas nacionalistas de Israel que nada tienen que ver con las cosas del Reino.

Ellos han perdido su centro, y ese centro ha de ser el mismo Cristo. Por eso Él los convoca y los aparta de una multitud que es una marea, una masa que parece arrastrarlo todo. 
Tal vez el lugar apartado quiera significarnos un escenario de ruptura con cierta escala de valores mundanos sin trascendencia. Pero también hay un profundo rasgo de bondad en ese Cristo que busca el reposo de sus amigos, un descanso que les ayude a reparar de todo lo que se ha roto en su andar de fé, y porque la Buena Noticia no es una compleja abstracción sino eternidad encarnada, sanguínea, humana.

La multitud insiste. Hay una coincidencia rotunda entre la postura equivocada de los apóstoles y esas gentes que mantienen las expectativas de una restauración del Reino de Israel, de la corona davídica y la liberación de sus opresores.

Esa multitud también está a la deriva. Son como ovejas sin pastor, libradas a todos los peligros de la historia, en un marasmo de suerte y pesimismo resignado, y es precisamente ello lo que conmueve al Maestro, no los dejará solos, se priva de descanso, comida y tranquilidad con tal de abrir sus ojos y corazones.

Cuando perdemos el centro, cuando nos extraviamos en la oscuridad del pecado o nos asomamos a los abismos que nos ofrece el cansancio, es menester hacer un alto. Volver, siempre hay un reencuentro propicio corazón adentro- Ya no estaremos solos, Cristo es nuestra paz y nuestro descanso.

Paz y Bien  
 


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