Padre Nuestro, las cosas de Dios, las cosas de los hermanos




Para el día de hoy (18/06/15):  

Evangelio según San Mateo 6, 7-15



Su Santo Nombre, el Reino y la Voluntad por las cosas de Dios. Plegaria por el pan y el perdón, victoria y liberación por las cosas de los hermanos.

No son dos planos opuestos, ni posturas escindidas. Todo brota de la misma raíz increíble y maravillosa de la Gracia, de un Dios que nos sale al encuentro, de un Dios tan cercano que se revela Padre y, más aún, Papá.

Esoterismos, intermediaciones legalistas y arcanos secretos se desvanecen.
Con el impulso de quien descubre la vida, con la mirada de niños abriendo los ojos a la existencia, llamamos a Dios con la primera de las palabras, Abbá!, Papá!, y esa revelación que nos regala Jesús de Nazareth abre todas las puertas y derriba todos los muros.
Por ello mismo decimos Padre Nuestro, porque no es de unos pocos selectos, sino Abbá de todos, corazón infinito poblado de hijas e hijos, Dios del universo que es el Totalmente Otro y que, sin embargo, lo sabemos cercano, tan cercano como está afectuosamente entregado incondicionalmente en Jesucristo, su sagrado corazón en la mano.

Y pedimos que sea santificado el Nombre de Aquél que es y está, no como magia ni como auxilio en nuestros mezquinos caprichos, sino reivindicando la eternidad que surge en cada existencia, que nos florece en el aquí y ahora.
Y pedimos que sea el Reino, que venga a nosotros, que acontezca en nuestra cotidianeidad, que todo el mundo se realice en plenitud según el sueño eterno del Creador, porque su voluntad es que el hombre crezca en total humanidad, en plenitud, y su Gloria es que el pobre viva.

Eso que llamamos pecado fractura todo lazo de fraternidad y separa a las gentes en islotes de injusticia y soledad, abriendo las puertas par que el mal se estacione en el mundo
Pero nuestro Dios es ante todo Abbá que nos ama, y por eso la causa de los hermanos es su causa, y por eso pedimos por el hermano y junto al hermano que no falte el sustento, que reconstruyamos la vida desde el perdón y la dignidad y que salgamos victoriosos en la lucha diaria contra el egoísmo.

No debe haber demasiadas palabras, sólo la confianza que levanta al sol a las hijas y los hijos, hermanos de Jesús de Nazareth

Paz y Bien

0 comentarios:

Publicar un comentario

ir arriba