Lectores de los tiempos




Para el día de hoy (29/11/13):  
Evangelio según San Lucas 21, 29-33


(La objetividad absoluta es prácticamente imposible en el acontecer humano. Siempre se trata de una persona -un sujeto- que vé, mira y piensa, y ese desde sí mismo vá a ser condicionante de la interpretación a la que arribe, es decir, se entrelazan vivencias, cultura, raíces, espiritualidad, psiquis.

Por limitaciones propias de quien escribe, y porque no está en las presentes líneas la necesidad de una reflexión filosófica, nos detendremos por un momento en la faz espiritual- Esa cuestión dirime, en gran parte, la trascendencia a la que se atreva cada uno de nosotros individualmente y, mejor aún, como comunidad que se nutre entre sí. 
Porque lo espiritual y trascendente posee como uno de sus rasgos principales el no quedarse en la superficialidad, el animarse a ir más allá de las apariencias, a dirigir la mirada a otra distancia pues a cada instante hay señales que nos conducen a una verdad que resume y resignifica la historia.

Esa verdad es que Dios no se ha desentendido de su creación, que sigue enamorado de la humanidad, que está cerca, muy cerca, al alcance de toda mujer y de todo hombre de buena voluntad.

Para esta vocación universal de ser atentos lectores de los tiempos hay una conclusión mayor, y es precisamente la esperanza. Con todo y a pesar de todo, a pesar de nosotros mismos quizás.

Porque la historia, aún en sus años más luctuosos, aún en los tiempos más oscuros, está fecunda de eternidad.

El Reino está aquí entre nosotros, ya, ahora mismo, y hay una invitación a ser edificadores que no tiene fecha de vencimiento)

Paz y Bien


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