Sembradores confiados y despreocupados



Para el día de hoy (30/01/13):  
Evangelio según San Marcos 4, 1-20

(Jesús de Nazareth no había tenido una formación académica, no tenía un lenguaje refinado ni ostentaba títulos adquiridos desde los grandes maestros judios de Jerusalem. Él era un don nadie, artesano de aldea ignota -su acento lo delata- que enseña a la gente y le habla de las cosas de Dios de un modo nuevo y distinto.
Sus oyentes son principalmente campesinos y pescadores galileos; Él sabe de sus duras realidades cotidianas, y enseña a partir de lo que ellos mejor conocen. Así entonces se deleitan con sus parábolas, y no necesitan demasiadas explicaciones, ni racionalizar demasiado, lo que el Maestro les cuenta tiene mucho que ver con lo que viven a diario.

Para escándalo de almas severas y estructuradas, les regala a estos hombres sencillos una parábola que no menciona a Dios, ni a la Palabra ni a la Salvación: es una enseñanza secular de las cosas sagradas.
Sin embargo muchos de ellos respiran esa magnífica certeza campesina respecto de las bondades de la semilla, y así, en sus corazones asombrados, comienzan a descubrir la infinita bondad de la Gracia que produce bondades en cantidades inverosímiles, lejanas a cualquier cálculo razonable.

Entre ellos y nosotros hay una distancia sideral que no está signada por los siglos. Estamos muy lejos en el tren de la confianza.
Los sembradores del Reino no se preocupan demasiado por su eficiencia, pues saben de la eficacia de esa semilla que germina contra todo pronóstico y más allá de cualquier parámetro de éxito.

El Reino florece en nuestros días, en el aquí y ahora, inmenso e imparablemente generoso)

Paz y Bien



 

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