Un mundo adulterado

Para el día de hoy (12/06/09):

Evangelio según San Mateo 5, 27-32

(Lo adulterado es quello a lo que se le ha agregado algo que le es ajeno, que lo corrompe, que pervierte su naturaleza, que pretende trastocar su esencia. Así lo dicta el sentido común -aunque sea el menos común de los sentidos-.

Hay ojos que miran y no ven, que sólo observan mezquinos intereses individuales e ignoran y desprecian al otro.

Hay manos que jamás se estrechan a otras, que no quieren saber de abrazos ni de caricias, que sólo están preocupadas en rapiñas y violencias.

-Pues no basta con la observancia estricta de la Ley, si no hay corazón-

El mundo está adulteradoy debemos cortar y arrojar lejos de nosotros todo lo que impida la transparencia, la verdad, la integridad.

La luz del Espíritu Santo nos ilumine)

Paz y Bien

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Vivimos para trascender la carne, el deseo, las pasiones y el deseo, y llegar a ser semejanza de Dios eso es elegir la vida. Cuando nos quedamos atrapados en la oscuridad entonces vivimos en la muerte, gracias por esta entrada. Dios te bendiga.

Salvador Pérez Alayón dijo...

Todo si no está contenido y afianzado en la Verdad, está a merced de quedar adulterado, pues ya de entrada, lo que estaba destinado para gloria de DIOS, el hombre, fue transgredido y manchado, adulterado, por el pecado.
JESÚS nos limpió, y nos limpia siempre que seamos capaces de desear y esforzarnos en dejarnos limpiar, en dejarnos purificar y quedar limpio, sin mezcla ni adulteración ninguna. ¡Qué gran dicha y privilegio tener a un PADRE que entrega su HIJO precisamente para darnos un corazón puro, limpio, sin ninguna mancha, ni contaminación! ¡Alabado y glorificado sea el SEÑOR!
Un abrazo en XTO.JESÚS.

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Gracias a ti,Queoquina, que podamos -a pesar de todo y de todos- con el auxilio del Espíritu vivir en y para la Luz. Un cálido abrazo en Cristo y María. Paz y Bien. Ricardo

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Lo que dices Salvador, mi hermano, es precisamente lo que yo verdaderamente quise -con torpeza- expresar en la mínima reflexión que dejé. Que el Espíritu del Resucitado nos vuelva el alma traslúcida. Un gran abrazo en Cristo y María. Paz y Bien. Ricardo

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