Leprosos


Para el día de hoy (26/06/09):

Evangelio según San Mateo 8, 1-4

(Nos cuenta la Palabra que el Señor "...bajó de la montaña...".

El Señor bajó de la montaña, el Señor bajó desde su Infinitud y se hizo uno de nosotros.

El Señor indefectiblemente cumple sus promesas.

El Señor sana y salva, Él es nuestra liberación.

Un leproso se le acerca, y humildemente se pone a los pies de su misericordia.

Recordemos: el leproso, por su enfermedad, estaba condenado a vivir excluido y apartado de las gentes, fuera de las ciudades, era considerado un impuro consecuencia del pecado, un ser despreciable.

Es una identificación que no ha variado al día de hoy, con o sin mal de Hansen.

Y el Señor lo cura... Y no se queda solamente con el problema cutáneo.
El Señor lo cura totalmente en cuerpo, mente y alma.
Su ser queda limpio de tal modo que es mandado por Jesús a presentarse en el Templo a realizar la ofrenda que indicaba la Ley mosaica para una curación.
El leproso estaba curado integralmente, había vuelto a ser una persona.

Hay muchos leprosos hoy día.
Y el Señor, que nunca abandonará a los suyos ni renegará jamás de sus promesas, quiere sanar y salvar a todos y cada uno de ellos.

¿Será quizás que el mejor remedio para la lepra de hoy seamos nosotros mismos, como testigos esperanzados y activos de ese Dios que nos ama sin límite y que es nuestra liberación?...)

Paz y Bien

8 comentarios:

silvina soul dijo...

muy profundo...saludos....Silvina

Magicomundodecolores dijo...

Lo que no acabamos de comprender es que nosotros tenemos unos valores basados en nuestro limitado conocimiento, no así Dios, que nos mira dentro de nuetra alma, nos conoce desde siempre y nos perdona, siempre que estemos dispuestos a acercarnos como el leproso, al camino. El hombre estaba abandonado y era rechazado, pero supo en su interior que Dios no le rechazaría, por eso le pide que le cure y lo hace con gran humildad.
También es cierto lo que planteas: nosotros somos los testigos de Dios y no debemos darle la espalda a los leprosos actuales, debemos ser ejemplo de acogida y humanidad. Y eso alegrará al Señor y nos hará felices a nosotros.

Fray Marcos dijo...

Gracias ab Dios porque el nunca nos va a abndonar.

Un abrazo. Paz y bien.

Salvador Pérez Alayón dijo...

Había terminado el comentario y algo pasó que se perdió. Te decía que esta mañana un amigo, que fue al Cursillo, compaartía que bendecía todo lo que le estaba pasando porque sabía que el SEÑOR lo permitía para su bien. Ese amigo, Pepe es su nombre, está en paro, y mal vive. Estamos tratándole de ayudarle. En su comentario agregaba que, si estuviese en otras circunstancias, quizás no hubiese estado en la presencia del SEÑOR, ni hubiese asistido a Cursillo, pues cuando uno está satisfecho y bien abastecido no se acuerda del PADRE. Algo así como lo del hijo prodigo.
Doy gracias, también yo, por recibir luz de estos amigos, y por complicarme la vida, pues bendigo al SEÑOR, que por medio de ellos puedo darme y dar.
Hoy no has escrito y pienso que puede haber pasado algo con tu padre y, también, con esto de la alerta en tu país con lo de la gripe. Espero que todos estén bien y pido al SEÑOR porque todo sea controlado y no pase nada.
Un abrazo en XTO.JESÚS.

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Gracias Silvina por participar y compartir vivencias. Es muy grato para mí que estés por aquí. Un saludo afectuoso. Paz y Bien. Ricardo

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Marisela, tus palabras enriquecen con verdad y profundidad la simpleza de este post. Es muy bueno para mí, y para todo aquel que te lea. Te mando un cálido abrazo en Cristo y María. Paz y Bien. Ricardo

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Así es, querido Marcos, nos pueden poner el pié para que tropecemos y nos derrumbemos, pero Él estará siempre con nosotros -y a pesar de nosotros también- Un abrazo. Paz y Bien. Ricardo

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Salvador, mi hermano y mi amigo, papá sigue luchando y está estable. Pero el viernes ha partido mamá a la casa del Padre -por eso mi ausencia en estos días-
Con respecto a la gripe, hay mucho de desidia, mucho de inoperancia, mucho de improvisación pero también hay una cosa que nos sostiene: la solidaridad. Igualmente, la situación es más que delicada.
Un gran abrazo en Cristo y María. Paz y Bien. Ricardo

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