Una invitación ilimitada



Para el día de hoy (22/08/13):  
Evangelio según San Mateo 22, 1-14



(Siempre es menester andarse con cuidado en las literalidades o interpretaciones superficiales de las parábolas, que son recursos alegóricos mediante los cuales, a partir de hechos de la vida diaria, el Maestro enseñaba. Estas lecturas ligeras llevan a comprensiones parciales y erróneas y hasta peligrosas; además de saber que las literalidades sustentan todos los fundamentalismos, nos desdibujan una caricatura de un dios violento, rápido castigador, que nada tiene que ver con el Dios Abba de Jesús de Nazareth. 

Quizás entonces lo central sea la invitación al banquete de bodas del Reino: ello implica un convite asombroso, y es que se nos han abierto las puertas universales para la fiesta, para la alegría, para la celebración y el disfrute común. Ése precisamente es el proyecto de Dios para toda la humanidad, y se llega a través de veredas de justicia, de fraternidad, de compasión, de misericordia y de servicio.

Y más asombroso aún es que Aquél que nos organiza el banquete envía a sus servidores a los caminos, a todas las encrucijadas de la vida en busca de los impresentables, de los descastados, de todos aquellos que nadie invitaría a su mesa para que sean partícipes principales de la fiesta que se asoma.

Gran escándalo y ofensa para almas escasas que gustan del ceño adusto y de la mesa sectaria con pan escaso y vino raleado.

Somos, en simultáneo, invitados e invitadores por la maravillosa Gracia de Dios.

Y es necesario revestirse el alma con bondad, con paciencia y con muchas, muchas ganas de encontrarse y celebrar junto a los hermanos)

Paz y Bien

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