La oración, alegría del corazón


La oración es alegría del corazón,
y aprender a orar
significa saborear,
gustar a Dios.

Al principio
aprendemos que la oración
es un deber, pero a medida que oramos,
nos damos cuenta que la oración es una alegría,
algo que nos alegra el corazón
y nos hace vivir de una manera más tranquila,
serena, de una manera más plena,
al estilo de Jesucristo,
en una constante comunicación
con Dios Padre.

La oración es una alegría,
sobre todo al orar con los salmos
porque en ellos recordamos
la alegría con que David oraba a Dios,
la alegría con que Jesucristo alababa a Dios
a través de los Salmos.

Este descubrimiento
de que la oración es alegría,
se nos dá con el tiempo,
y no significa orar con
facilidad y sin esfuerzo.
Alegría quiere decir
profundidad,
hondura del espíritu;
significa saborear a Dios,
penetrar en el corazón de Cristo.

La devoción es la experiencia de esta alegría
de estar en comunicación con Dios,
una pequeña chispa de esta alegría
vale más que todos los tesoros del mundo
y cuando se ha gustado una
sola vez, ya no se borra más en la vida.

R.P. Carlo María Cardenal Martini S.J.

4 comentarios:

Ludmila Hribar dijo...

Es verdad la oracion es alegria y esperanza y siempre es escuchada aunque a veces nos parezca que no somos escuchados, pero mirando hacia atras vemos cuan sabio y bueno es el Señor.Gracias.

Salvador Pérez Alayón dijo...

Vivos momentos de esfuerzo en tratar de ponerme en la presencia del SEÑOR y escucharle. Y experimento que me cuesta, pero también empiezo a sentir un deseo irrefrenable de necesidad vital sin la cual no puedo estar. Creo que la oración es una Gracia que el SEÑOR te da en la medida que tu la buscas, y, realmente, cuando te es concedida, jamás querrás perderla.
Por eso, SEÑOR, me pongo en tu presencia, aunque no sienta nada; aunque me cueste mantenerme presente y concentrado; aunque me enrede en mis palabras y expresiones; aunque me canse y sienta deseos de terminar. TÚ sabes de mis intenciones; TÚ sabes de mi limpieza; TÚ sabes que quiero abandonarme en TUS MANOS y dejarme llevar por TI.
Hazme,SEÑOR, instrumento TUYO.

eligelavida dijo...

Decía Santa Teresa de Jesús: “No os engañe nadie en mostraros otro camino que el de la oración… quien os dijere que esto es peligro, tenedlo a él por el mismo peligro y huid de él".

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Si, mis amigos, han enriquecido muchísimo el texto del post y se los agradezco enormemente a ustedes y al Padre Bueno.
Personalmente, creo que la oración es también nuestra respuesta a un Padre que siempre nos está llamando y que nunca cesa de buscarnos aún cuando le podamos dar la espalda. Que Dios los bendiga y María los ampare. Paz y Bien. Ricardo

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